Son momentos en el mundo del deporte en los que todo se ve de color negro. El varapalo es importante aunque el Hércules ya viajaba a El Toralín con una losa muy complicada de levantar. Se ha perdido la oportunidad de tener al Lucentum y al Hércules en la categoría de plata y de dar una doble alegría a una ciudad deseosa de celebraciones y muy fácil de ilusionar como se ha comprobado con el desplazamiento a Ponferrada. Pero no ha podido ser. Le tocó llorar amargamente al HLA la temporada pasada en un Centro de Tecnificación a reventar cuando apareció la monumental figura de Tyson Pérez para dejar desconsolados a los seguidores lucentinos y en esta ocasión fue Isi en el Rico Pérez el que dio el mazazo a los herculanos con dos goles que han marcado la eliminatoria. No tuvieron la suficiente pólvora en sus muñecas en aquella ocasión jugadores como Lobo, Díaz o Chapela mientras que los seguidores blanquiazules pudieron observar cómo las ocasiones de Benja, Carlos Martínez o Chechu se quedaban en nada. Pura impotencia de un Hércules que ha pecado a lo largo de toda la temporada de falta de gol y que en el momento de la verdad no ha podido romper las estadísticas. El Hércules soñará con Isi como en su día el Lucentum lo hizo con Tyson Pérez. Pero lo que ahora todo se ve con ánimos pesimistas mañana puede cambiar totalmente. Que se lo digan a Pedro Rivero, que en un año ha cambiado las lágrimas de tristeza por otras de alegría con el ascenso a la categoría de plata tras una espectacular temporada. Lo que no se negocia es la entrega y al Hércules nada se le puede reprochar tras viajar a El Toralín con opciones más que remotas de dar la vuelta a la eliminatoria. Toca seguir un año más en la Segunda División B, el sexto consecutivo. Y sobre todo aprender de los errores como hizo el HLA adquiriendo la pólvora que faltaba con Pitts y Schmidt así como alguien con garra y entrega total como «Chumi» Ortega. Ver al Hércules fallando una y otra vez claras ocasiones en Ponferrada es duro, pero no es la primera vez que le pasa en esta larga travesía en la categoría de bronce. La eliminatoria se perdió en un Rico Pérez con 28.000 personas. Cruel. Pero toca seguir mirando hacia adelante. Y si puede ser con más acierto, mejor.
