Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Apoyo para avanzar

En 1988 era un chaval de 18 años estudiando Artes Aplicadas con ganas de ganarme un dinero por mí mismo sin dejar los estudios. Entonces tuve la oportunidad de entrar en el taller de Pedro Espadero. Se abrió ante mí un mundo creativo apasionante que me envolvió enseguida. Fue amor a primera vista. Mi gran duda era: ¿hogueras o seguir estudiando? Evidentemente, mi pasión en el mundo de las Fogueres ganó, y pronto mi deseo de conseguir mi propio taller. En 1993 abrí mi taller, y con ello mi primera hoguera, una infantil y otra de quinta categoría para José María Pi.

Mis comienzos fueron tremendamente bonitos, creativos, hacía lo que quería, lo que amaba. Un mundo de creatividad, de olor a madera y pintura, dejando fluir mis ideas en formas y colores sin censuras ni restricciones. Porque en esa época lo más bonito era que nos dejaban crear tal como queríamos. Era una pasión más que un trabajo. Incluso en el mundo del gremio todos éramos una familia, celebrando juntos Navidades, fiestas y apoyándonos unos a otros. Me consta que sigue así.

El taller crecía. Hogueras importantes como Foguerer Carolinas, Pla Metal, Polígono de San Blas, etc..., y pronto me encontré con hasta diez hogueras para realizar en una temporada. Pero seguía disfrutando como un niño, dejando fluir mi creatividad de formas y líneas. Sin embargo, se abría también una contraparte de gestión de gastos importantes, impuestos, seguridad social, riesgos laborales y medioambientales. Mi efectivo de empleados iba creciendo y había que asumir más gastos. En esa época las comisiones eran cumplidoras con los pagos y, aunque las gestiones administrativas no era la parte más bonita del trabajo, todo se podía llevar. Yo seguía fiel a mí mismo en cuanto a línea de trabajo, formas e ideas.

Pero poco a poco entre la llegada del artista valenciano y la crisis todos empezamos a asumir más gastos. El trabajo se volvió un negocio, más lineal, más comercial y más aburrido, conllevando un gasto más importante y restringiendo mi desarrollo artístico.

Tenía que tomar decisiones para seguir creciendo sin entrar en ese mundo comercial que frenaba mi creatividad. Con lo cual, en paralelo al mundo de las hogueras, cree una empresa de decorados de cine. Hacíamos decorados para la Ciudad de la Luz, remontaba al nivel económico y podía seguir disfrutando de mi passion. Pero no pudo ser. Por culpa de la mala gestión de unos políticos ineptos, la Ciudad de la Luz cerró.

Tenía que compensar esa pérdida económica. Me centro otra vez en el mundo de las hogueras, poniendo mi nombre a mano de otros talleres en colaboración. Pero seguía viendo por otros talleres los mismos problemas que me encontraba en el mío. Subida de gastos, impuestos, comisiones mal pagadoras y exigiendo un trabajo igual a hace 20 años con la mitad de recursos.

En 2018 tomé una de las decisiones más difíciles y cerré el taller. Ahora me dedico a colaborar con otros talleres en modelado, pintura y ofreciendo mi experiencia, creatividad e ideas.

En estos días de Hogueras he paseado por nuestras calles, nuestros barrios alicantinos con sus hogueras infantiles, de Especial y de distintas categorías. He podido ver reflejado en la cara de los alicantinos esa mirada de admiración hacia nuestras tradiciones, he podido ver cómo miles de personas van de hoguera en hoguera a admirar el trabajo de varios meses de nuestros artistas de hogueras.

Y desde estas líneas me gustaría hacer reflexionar al mundo de la fiesta, a nuestros políticos, etc.., sobre la importancia que tienen los talleres alicantinos para el pueblo, lo importante que es recibir un apoyo para seguir avanzando sin perder nuestra creatividad. La necesidad de una ayuda a los artistas, dado que en 25 años se han incrementado mucho los gastos económicos de esos talleres y los costes de realización de una hoguera se disparan cuando su precio no alcanza ni la mitad de lo que se pagaba antiguamente por ella. Los gastos son el doble y el precio que pagan las comisiones es la mitad.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats