Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José Emilio Munera

¿Cuarto poder?

J. E. Munera

El Hércules resucita sus fantasmas

Tres zarpazos de la Ponferradina -dos con la zurda del excelente Isi y un tercero de Kaxe- despertaron ayer de forma abrupta y dramática al herculanismo de sus sueños de ascenso. Lo que estaba llamado a ser la comunión perfecta de las Hogueras con el sentimiento blanquiazul sólo se vio en la grada de un Rico Pérez espectacular con 27.000 almas entregadas porque en el césped se revivieron las peores pesadillas de esta sufrida afición. Las que se remontan al último partido de la temporada 1990-91 cuando el Cartagena frustró el retorno de los blanquiazules al fútbol profesional con un rotundo 0-3 y «hat-trick» del ilicitano Boria.

Samuel maquilló muy al final el resultado con el gol del honor en el minuto 93, pero poca gente cree que sea un tanto para la esperanza de cara al partido de vuelta del próximo sábado en Ponferrada. Sobre todo, porque el conjunto berciano de Jon Pérez Bolo fue sencillamente mejor -en lo físico, lo táctico y lo técnico- y el Hércules reeditó su principal carencia de toda la temporada: el poco acierto rematador. Una lacra agravada anoche por la baja nota media de todo el equipo, con las escasas excepciones de Falcón, Íñiguez y un poco de Alfaro.

También es cierto que todos los planes de Planagumà -de nuevo lento con los cambios en un grupo que pedía frescura a gritos- saltaron muy pronto por los aires: en el primer remate de los visitantes, en el minuto 4, Isi la puso en la escuadra de Falcón y la eliminatoria cambió en el acto de favorito. El Hércules perdió el sitio y el equipo leonés empezó a sentirse cada vez más cómodo.

Sorprendió la Ponferradina con su propuesta de equipo serio, ordenado y sin rastro de miedo escénico al Rico Pérez. Está bien trabajado y tiene las ideas claras, pero también comete errores como el del minuto 11, en el que Benja se quedó «mano a mano» con el portero, pero Manu García sacó el pie para impedir el empate a uno. La misma historia de esta campaña, sólo interrumpida en la segunda parte de la vibrante remontada en casa ante el Logroñés (3-1).

Esa oportunidad podría perfectamente haber cambiado el sino del partido porque habría reenganchado al equipo y a la hinchada con la eliminatoria y la pasión por el ascenso, pero no. El Hércules se deshilachó, no supo aprovechar a su favor el factor ambiental y la «Ponfe» siguió creciendo con el segundo golazo de Isi: una contra perfecta y un nuevo latigazo al ángulo de Falcón.

Tuvieron mucha posesión los blanquiazules, pero muy poco fútbol: faltaron asociaciones y también acciones individuales, alguien que se rebelara contra el signo de los acontecimientos.

Poco cambió esta vez el decorado tras el descanso: Carlos Martínez perdonó un par de claras oportunidades y el Hércules dio muestras de cansancio que Planagumà tardó demasiado en corregir. Cuando empezaron a sonar los pitos en el estadio, la Ponferradina marcó el tercero en medio de la pasividad de buena parte de la defensa alicantina.

Superados en todas las líneas, los de Planagumà lo intentaron a la desesperada y a base de centros laterales, sin apenas juego interior. Jona se estrelló con el larguero y Samuel marcó en el último suspiro para que la vuelta no sea un mero trámite, sino la búsqueda de un milagro y un enorme ejercicio de fe blanquiazul.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats