Acaban de constituirse los nuevos ayuntamientos, junto a sus equipos de gobierno municipales, formados en su mayor parte tras acuerdos y pactos de distinta naturaleza. Es cierto que serán las decisiones las que fijarán las políticas reales que se lleven a cabo, pero la voluntad de plasmar en el papel un conjunto de compromisos previos marcará, sin duda, un horizonte de trabajo que determinarán los ejes sobre los que discurrirá la vida de nuestros municipios.

Por su importancia demográfica, económica y política, así como por encarnar acuerdos de gobierno de fuerzas contrapuestas, resulta interesante detenerse en conocer y comparar los pactos de gobierno que se han suscrito en Alicante, entre el PP y Ciudadanos, frente al acuerdo que en Elche han rubricado el PSOE y Compromís. Bien es cierto que mientras en la capital, el PP y Ciudadanos no alcanzan la mayoría absoluta, al faltarles un concejal, por lo que tendrán que negociar el apoyo de Vox que podrá condicionar la ejecución de determinadas decisiones, en Elche, la suma del PSOE y Compromís les asegura la mayoría absoluta, teniendo en sus manos la ejecución de los acuerdos firmados.

En Alicante, el documento de populares y Ciudadanos se denomina «Pacto de Gobierno legislatura 2019-2023», teniendo un formato de contrato legal preestablecido, con un preámbulo inicial en el que se señalan algunas obviedades, como la primacía del interés general sobre el particular, la creencia en las potencialidades de la ciudad, actuando «por encima siempre del interés particular o partidista». Todo muy evidente, ya que lo extraño sería señalar lo contrario. En el caso de Elche, los socialistas y Compromís han suscrito un documento en cuyo título ya identifica hacia donde quieren dirigir su trabajo, con el título «Elche 2019-2023, hacia un modelo de ciudad sostenible». En Alicante parece interesar más la fortaleza jurídica del acuerdo suscrito y su eficacia contractual entre los partidos firmantes, mientras que en Elche se quiere dejar muy clara la apuesta por un modelo de ciudad avanzada.

El acuerdo suscrito en el Ayuntamiento de Elche se articula en torno a 24 medidas concretas, cada una de las cuales se desarrolla mediante 72 objetivos precisos y medibles. Resulta muy llamativo que el primero de ellos, siendo el que abre el acuerdo, sea sobre «Empleo de calidad para la cohesión social». A este le siguen otros epígrafes, como el avance a una ciudad digital, los emprendedores y las pymes, la dinamización comercial y regeneración urbana, el turismo sostenible, la agricultura y los recursos hídricos, junto a una fiscalidad justa, progresiva y verde. También se identifican el bienestar, un envejecimiento activo y saludable, la igualdad efectiva, una ciudad saludable y solidaria, la educación e igualdad de oportunidades, la cultura y el patrimonio, los deportes, Elche joven, convivencia y seguridad, infraestructuras, movilidad sostenible, espacios naturales y verdes, la vivienda, la eficiencia energética y minimización de residuos, el bienestar animal, así como un gobierno abierto y transparente, todo ello rematado por el punto final, «Elche 2030: hacia un nuevo modelo de ciudad», en el que se propone que el municipio sea capital verde europea en 2030. De esta forma, se subrayan unas prioridades en la acción de gobierno municipal en torno a la creación de empleo, la economía digital y la dinamización comercial, el bienestar y la igualdad, junto a la sostenibilidad en la movilidad, la gestión de residuos y la conservación de los espacios naturales.

El pacto de gobierno de legislatura de Alicante tiene una estructura notablemente distinta al de Elche. En su punto segundo, se recogen 14 principios orientadores de naturaleza bien diferente. Los ocho primeros explican cuestiones organizativas sobre el trabajo a llevar a cabo un tanto redundantes, como el diálogo y consenso entre los partidos firmantes, la lealtad y el compromiso irrenunciable con el orden jurídico vigente, la defensa y respeto de derechos y libertades públicas y privadas, la lealtad y respeto mutuo entre ambos partidos, la lealtad institucional, junto a la honestidad y transparencia en la gestión. Pero los seis restantes tienen una mayor carga ideológica, al destacar su compromiso con una mínima intervención pública, la identificación de la familia como unidad social básica, el compromiso con la creación de empleo de calidad junto a ayudas sociales que respondan a necesidades reales acompañadas de un adecuado seguimiento y control, la reivindicación de una capitalidad identitaria, junto a la promoción e impulso del tejido empresarial y otros sectores productivos, así como la defensa de las señas de identidad y tradiciones. A continuación, en el punto cuarto, el acuerdo de gobierno de Alicante identifica once prioridades, entre las que destacan la estabilidad, la gestión honesta y transparente, la generación de riqueza y empleo partiendo del principio de mínima intervención, la mejora de los servicios públicos, el desarrollo de un modelo de ciudad, la ejecución de inversiones y planes estratégicos, la reelaboración de ordenanzas y reglamentos municipales, inversiones en barrios y pedanías, junto a una reorganización municipal.

No hay duda de que ambas ciudades apuestan por modelos distintos y, en algunos aspectos, opuestos. Mientras que Alicante impregna su programa con elementos de conservadurismo liberal, Elche apuesta por una sostenibilidad con un claro componente participativo.

Lo que sigue resultando llamativo es que ambas ciudades continúen ignorándose de cara a un futuro que, más tarde o más temprano, necesitará de estrategias conjuntas.