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Manolo Alarcón

Opinión

M. Alarcón

Aunque sea a cero euros

Elche es una ciudad que se precia de ser turística aunque en los últimos años y en algunos aspectos la imagen que está dando esté muy alejada de los parámetros que le da el contar con dos Patrimonios de la Humanidad, el Palmeral y el Misteri, y no lo digo solo por las ruinas del centro (Mercado y Nuevos Riegos del Progreso). Y ahora que llega el verano, que debería ser el momento de sacar partido a la doble declaración de la Unesco, hay ciudadanos avergonzados que tienen que mirar para otro lado y eso que hay muy pocos días al año en el que se puedan mostrar ambos al mismo tiempo, en mitad de las fiestas patronales. Y esto es así por la situación en que se encuentran las concesiones de restauración que dependen del Ayuntamiento en el corazón verde: el Parque Municipal y el Deportivo. En especial el primero que, como el segundo, lleva ya año y medio clausurado entre el abandono y la desidia.

«A cero euros», repetía una y otra vez una amiga ilicitana hace algunos días, sin atender a razones, expresando de forma muy rotunda el precio de subasta al que debería salir la concesión después de que quedara desierta hace ya meses. Y lo decía no porque creyera que hay que regalar un negocio en un lugar único sino porque su estado ha terminado por ahuyentar a muchos ilicitanos. Carlos González, el alcalde del pasado mandato, que es el mismo que vamos a tener los cuatro próximos años, no logró hace meses que nadie presentara siquiera una oferta por la concesión y eso que invitó a empresarios a pujar. Y todo esto es triste pero real en una ciudad que está transformando negocios en el centro urbano de bares y no sé si es el futuro que queremos, si el regidor le encontrará solución a medio plazo, si es una de sus prioridades o si bien nos olvidaremos de este asunto, pero si que sé que toca el amor propio de muchos ilicitanos.

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