Con pocos días de diferencia, se han resuelto los pactos para permitir la gobernabilidad en el Consell de la Generalitat y en l'Ajuntament d´Elx. Sin embargo en el Gobierno Central sigue sin llegarse a un acuerdo.

Hace casi dos meses, desde el 28 de abril, que se celebraron las elecciones generales y seguimos teniendo un Gobierno en funciones. No parece que haya ni prisa. Solo hace unos días se anunció que, por fin, parece que Pedro Sánchez iniciará el proceso para su investidura. Es un poco patética su insistencia en pedir al PP y Ciudadanos que se abstengan para ello. Estos ya no saben qué hacer para que se entere de que no le van a facilitar la gobernabilidad. Incluso, han dicho, que harán lo posible para impedirla. Hasta se permiten marcarle el territorio para que no acepte ni la abstención de ERC. Ellos, en cambio, pueden negociar con Vox lo que haga falta y, además, hacer pactos de perdedores en busca de poder y sillones como se ha visto en diferentes CC AA y ayuntamientos, como por ejemplo, el de Madrid para desalojar a Manuela Carmena.

Debería decidirse el PSOE en llevar adelante el pacto con Podemos. Es la única alternativa que tiene, aunque no sea la más gustosa, pero es la que, junto con el apoyo de PNV y otros pequeños partidos, puede permitir una mayoría más holgada para llevar adelante las reformas progresistas que España necesita y que ya se está tardando demasiado en aprobar.

En cuanto al Consell valenciano hubo acuerdo casi al límite. En todo caso es una muestra de lo que será la convivencia del nuevo tripartito. Ya se sabe que dos hacen pareja, pero que tres pueden ser multitud. El pacto nace con muchos gestos hacia la provincia de Alicante. Desde su firma, su composición y programa. Los gestos son importantes, aunque aún lo son más los hechos. Es un programa ambicioso y continuista con el anterior (buena parte repite los deseos de hace cuatro años). Ahora el PSOE lo tendrá más fácil. Ha mejorado resultados y, en cambio, Compromís y Podemos los han empeorado. Se ve tan fuerte Ximo Puig que estos días dice que, tal vez, se replantee su decisión de no estar más de dos mandatos y opte a un tercero, siempre por su interés en el bien general, naturalmente.

En nuestro Ayuntamiento, como era de esperar, hubo acuerdo entre PSOE y Compromís. Es lo lógico. Como en toda negociación que se precie hubo el «postureo» pertinente, hasta que los primeros invocaron el resultado electoral del 26-M: de 8 a 12 concejales en un caso y, en el otro, de 4 a 2. Son datos indiscutibles pero que también muestran que el PSOE ilicitano no sacó mayoría absoluta y que le es necesaria para gobernar mejor y con más tranquilidad. Y ello debe verse en su relación diaria. Es cierto que, al final, parece que las grandes áreas serán gestionadas por el grupo socialista y que Compromís llevará otras menores pero, en todo caso, las relaciones entre ambos deben ser de participación y colaboración mutua en el gobierno municipal, ya que Elx necesita un equipo de gobierno potente y más decidido.

Son de destacar las 27 líneas estratégicas que han acordado y que incluyen 72 propuestas para hacer realidad estos cuatro años. Es un programa ambicioso, pero es cierto que también lo era el de 2015 y ha quedado casi inédito. El de ahora repite mucho de lo que nos prometieron entonces y no se ha hecho. «Ja veurem ara, diuen els cegos». Y una parte muy importante de los objetivos dependen de la voluntad de otras administraciones, como la Diputación Provincial, el Estado o el Consell y, hasta ahora, las inversiones y ayudas de éstas hacia Elx han brillado por su ausencia. Habrá que reivindicar más y luchar mejor por todas ellas.

Un aspecto muy positivo para conseguir más atención a Elx nos la abre el nuevo Consell. Una mayor apuesta por las comarcas del sur, ante la evidente dejadez padecida históricamente, abre la esperanza hacia estas tierras. En esa línea es una buena noticia la incorporación de dos ilicitanas como nuevas conselleras: Mireia Mollà y Carolina Pascual. Esta última, que llevará temas de Universidad, Investigación, Innovación, etc. y que, además, tendrá su sede en Alicante, puede ser importante para garantizar la plena integración de Elx en el denominado Distrito Digital y todo lo que él conlleva. En el caso de la primera, llega a la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente abandonando el Ayuntamiento, ya que encabezó la candidatura municipal, y tiene delante una gran tarea y en la que Elx y toda su comarca está verdaderamente necesitada, como está constatado con una larga relación de temas pendientes. Enhorabuena a ambas y suerte y eficacia en sus responsabilidades.