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El otro Spencer

Sobre el tío abuelo de lady Di

Archie Harrison Mountbatten-Windsor, hijo de los duques de Sussex, nació a las 5,26 horas del pasado 6 de mayo, sin que se haya dicho, hasta este momento, en dónde tuvo lugar el alumbramiento, si en el domicilio familiar o en una clínica, si bien ha aparecido últimamente, en la prensa, un certificado de nacimiento en el que figura el hospital Portland, en Westminster.

El comunicado oficial de la Familia real solamente ha anunciado la venida al mundo del nuevo vástago de la Casa de Windsor y lo felices que se han sentido, al enterarse, la reina, el duque de Edimburgo, el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles, los duques de Cambridge y los miembros de la familia Spencer: lady Jane Fellowes, lady Sarah McCorquodale y Charles Edward Maurice, noveno conde de Spencer.

El pequeño Archie Harrison es Spencer por parte de abuela: Diana Frances, que, aun siendo princesa de Gales, nunca dejó de recibir el afectuoso tratamiento de lady Di. La familia Spencer es de abolengo y a ella están vinculados, además del condado de Spencer, otros títulos nobiliarios de antigua prosapia en el Reino Unido: el ducado de Marlborough, el condado de Sunderland y la baronía Churchill.

Hubo, en el linaje Spencer, un religioso pasionista, hijo del segundo conde de Spencer y tío abuelo del abuelo de lady Di: Ignatius of Saint Paul. Nació en 1799, en Londres, en Admiralty House, residencia oficial del Primer Lord del Almirantazgo, cargo que ejerció su padre desde 1794 hasta 1801. Ignatius fue bautizado en la Iglesia anglicana con el nombre de George.

Los primeros años de su vida transcurrieron en la mansión familiar de Althorp, construida en 1508. En ella vivió también Diana de Gales y en una isla del lago ornamental de la inmensa finca reposan los restos mortales de la Princesa del pueblo. George fue inscrito, cuando tenía nueve años, en el exclusivo Eton College; más tarde, en el Trinity College, en Cambridge; y, al concluir sus estudios, realizó, como era costumbre entre los jóvenes de familias británicas pudientes, el Grand Tour por Europa, estableciendo contacto, así, con el catolicismo del continente.

De regreso a Inglaterra fue ordenado diácono y presbítero de la Iglesia anglicana. Ejerció el ministerio pastoral en Brington. Fue entonces cuando empezó a interrogarse seriamente acerca de su fe y de la tradición eclesiástica de su país, y se entregó apasionadamente al estudio de la literatura cristiana antigua, al igual que John Henry Newman, quien llegó a confesar abiertamente: "Los Padres (de la Iglesia) me han hecho católico".

George Spencer estaba en búsqueda y necesitaba confrontar sus inquietudes existenciales y religiosas con alguien que pudiera entender lo que le estaba sucediendo por dentro. Hasta que, tras haber mantenido horas y horas de conversación con Ambrose Lisle March Phillipps de Lisle, un converso del anglicanismo al catolicismo, Spencer solicitó el ingreso en la Iglesia católica.

Para alejarse de las presiones ambientales, dada la alta posición de su familia en la sociedad británica, y prepararse para recibir las órdenes ministeriales en el seno de la Iglesia, viajó a Roma. Residía en el Venerable Colegio Inglés. En la Ciudad Eterna conoció al que luego fue primer cardenal arzobispo de Westminster, Nicholas Wiseman, y a Domenico Barberi, el pasionista que trabajó incansablemente por la conversión de Inglaterra al catolicismo y ante el que John Henry Newman, de rodillas, pidió ser admitido en la Iglesia católica.

El 26 de mayo de 1832, George Spencer fue ordenado sacerdote. En 1847 vistió el hábito de la Congregación de la Pasión de Jesucristo y adoptó el nombre de Ignatius of Saint Paul. Trabajó denodadamente por la unión en la fe y en la caridad de la Iglesia anglicana y la católica, y murió en 1864, en Carstairs, Escocia, a causa de un infarto fulminante, mientras se dirigía al domicilio de un conocido suyo. Está en proceso de beatificación.

Father Ignatius, llamado "Apóstol de la oración ecuménica" es, de los Spencer, el que no sale nunca en las publicaciones que se ocupan de la vidas de los famosos, pero no ha sido menos influyente que otros miembros de esa familia en el Reino Unido, entre los que han destacado Winston Churchill, Diana de Gales y, en la actualidad, los príncipes William, heredero de la corona, y su hermano Harry, y, desde hace un mes, el pequeño Archie Harrison, pues Ignatius, con su oración, sacrificios y predicación, realizó una inmensa obra de carácter espiritual y social, en la que puede apreciarse con diáfana nitidez cuánto hay de esencialmente humano en una existencia religiosa conducida desde la voluntad de ser fiel a la conciencia recta, a la verdad, al amor y a Dios.

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