Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mariola Sabuco

Gracias a Islandia

"Vivimos ingenuamente felices pensando que Sanidad vela por nuestra salud haciendo su trabajo, y resulta que no"

Si usted pone la palabra chikungunya en España, le aparecerá asociada a Alicante porque supuestamente es aquí donde se han producido los primeros contagios por picadura de mosquito tigre. Por cierto en unos islandeses que vacacionaban y que se han llevado de recuerdo una enfermedad que, pese a su nombre, no es cosa de risa. Provoca intensa fiebre entre dos y cinco días y a partir de ahí fuertes dolores en las articulaciones que se pueden sufrir durante unos días, unas semanas, unos meses o unos años.

Pese a que aquí se presume de contar con uno de los mejores sistemas sanitarios de Europa en particular y del mundo en general, ya podemos empezar a sospechar que esto no es verdad. En Islandia han detectado que tres de sus ciudadanos están enfermos de chikungunya porque allí, ante los síntomas, hacen la prueba para detectar el problema y aplicar el correspondiente tratamiento. Como allí, en Islandia, se toman estas cuestiones en serio, hasta han sido capaces de determinar, por el periodo de incubación, que el contagio se produjo mientras los turistas estaban en Alicante, en Playa de San Juan en concreto, donde desde hace años sabemos, por las constantes denuncias de los vecinos que allí residen, que es raro el momento del verano en el que no se los comen los mosquitos, los tigre y los autóctonos.

Gracias a Islandia sabemos ahora que aquí vivimos ingenuamente felices pensando que Sanidad (el ministerio y la conselleria) vela por nuestra salud haciendo su trabajo, y resulta que no. No se puede negar que estamos infectados, porque es obvio que se lo hemos pegado a los islandeses que pasaban por aquí a través de uno o varios impertinentes mosquitos, pero no sabemos cuántos podemos estarlo en Alicante, en la provincia, en la Comunidad Valenciana o en España porque, hasta el momento, cuando presentamos los síntomas de la chikungunya no nos hacen prueba alguna que lo confirme y se limitan a tratarnos como si de un fuerte resfriado se tratara. Y si persiste en el tiempo el dolor en las articulaciones, seguro que se atreven a diagnosticarnos de reumatismo o fibromialgia, según el caso, pero no de chikungunya. Es indignante la irresponsabilidad con la que se ha actuado desde la Conselleria de Sanidad, que no ha medido el daño que al turismo genera una ocultación semejante, no está claro si por ignorancia, ineptitud o mala fe.

No voy a pedir la dimisión de los responsables, porque, precisamente, les acaban de ratificar en su puesto, pese a que estoy convencida de que no es por sus méritos.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats