A principios de 1976, aún en la ilegalidad, la UGT contaba en Alicante con sindicatos de varios sectores (Metal, Químicas, Piel). En febrero fue elegido secretario local José Cortés Martínez, del sector de banca, y poco después fue elegido secretario provincial. Los alicantinos Olga Ruiz Candelario, Agustín Fernández y Gabriel Molina también formaron parte de la ejecutiva provincial. Ninguno de los dirigentes ugetistas tenía cargos en el PSOE.
Hasta 1971, las organizaciones socialistas hermanas, PSOE y UGT, compartieron estructuras y dirigentes. Algunos responsables ugetistas ocuparon cargos electos en el PSOE hasta 1988.
En el XXX Congreso celebrado en Madrid, al que asistieron 14 delegados de la provincia en representación de los 325 afiliados, se rechazó de nuevo la participación en las elecciones sindicales y se preparó la asamblea constituyente del País Valenciano.
Se estaba incrementando la afiliación en la UGT a buen ritmo y en junio de 1976 sus dirigentes entraron en contacto con los de USO, CNT y Obreros Católicos, para constituir una Alianza Obrera y publicar un manifiesto de protesta por la prohibición de celebrar el Primero de Mayo. Las relaciones con CCOO eran más difíciles debido a su participación en el Sindicato Vertical. No obstante, se llegó a un acuerdo con los dirigentes de CCOO y de USO para afrontar conjuntamente la huelga general del 12 de noviembre de 1976, convocada contra las medidas de ajuste laboral y económico aprobadas por el Gobierno de Adolfo Suárez.
Legalización
Todavía sin legalizar, pero con autorización gubernativa, UGT celebró el 20 de febrero de 1977 su I Congreso Provincial en su local de la calle Isabel la Católica 20, de Alicante. José Cortés Martínez fue reelegido secretario general. Se declaró la autonomía de la UGT con respecto al PSOE, pero lo cierto es que entre ambas organizaciones seguía habiendo una relación estrechísima. De hecho, ambas tenían en la práctica su epicentro en el despacho que el abogado laboralista (y miembro de la ejecutiva provincial socialista desde 1973) Antonio García Miralles tenía en la calle Pascual Pérez, junto a la comisaría de policía, al que se incorporaron Ángel Luna González y Alfonso Arenas Férriz.
El 30 de marzo de 1977 fue aprobada la Ley de Asociación Sindical y el 22 del mes siguiente fue legalizada la UGT, aunque seguía vigente la sindicación obligatoria en la Organización Sindical y se prohibieron los actos del Primero de Mayo. El 2 de junio se puso fin por decreto-ley a la sindicación obligatoria, pero el Sindicato Vertical continuó existiendo hasta diciembre.
La libertad sindical y el éxito obtenido por el PSOE en las elecciones generales celebradas en junio de 1977, hicieron que la UGT experimentara un crecimiento espectacular durante aquel año. De los 5.700 afiliados que había en abril en la provincia, se pasó en septiembre a 75.000. A finales de junio se convocó un congreso provincial extraordinario para adecuar las estructuras del sindicato a la legalidad. Cortés siguió como secretario general. La ejecutiva provincial se trasladó a finales de septiembre a unos locales situados en la calle Santa María Mazzarello, quedándose la Unión Local en la calle Isabel la Católica.
También se renovó la ejecutiva local alicantina, en la que entró a formar parte José Luis Lassaletta, con Olga Ruiz como secretaria general. En la ciudad el crecimiento era igualmente importante en aquel año de 1977: en abril se constituyó el sindicato de Hostelería; en el verano se constituyeron los de Comercio, Empleados de Fincas Urbanas, Empleados de Salas de Cine, Fotógrafos, Sanidad, Seguros, Tabacalera, Telefónica, Trabajadores de Galerías Preciados y Trabajadores de Simago; y en el último trimestre los sindicatos de Jubilados y Pensionistas, de Oficinas y Despachos Autónomos y de Transporte Aéreo. En noviembre había 15.000 afiliados en la ciudad.
El 27 de noviembre de 1977 se celebró un congreso provincial extraordinario en el que se eligió nueva ejecutiva, con Ángel Franco Gutiez como secretario general.
Transición
UGT y CCOO convocaron las primeras elecciones sindicales libres, que se celebraron entre el 26 de enero y el 2 de febrero de 1978. Ambos sindicatos sostuvieron un fuerte enfrentamiento durante la campaña. UGT contaba con 87.450 afiliados en la provincia.
El 5 de abril siguiente UGT y CC OO secundaron la huelga general convocada por la Confederación Europea de Sindicatos, en protesta por el alto porcentaje de desempleo.
En julio de 1978 se celebró un nuevo congreso provincial con asistencia de 250 delegados, que reeligió a Ángel Franco como secretario general. Unos meses después, ya en 1979, fue reelegida la ejecutiva local, con el abogado Antonio Moreno Carrasco como nuevo secretario general.
En las elecciones generales y municipales celebradas en 1979, UGT manifestó su «inquebrantable apoyo al PSOE», siendo elegido diputado Ángel Franco.
En el verano de 1979, Franco y otros dirigentes ugetistas provinciales se opusieron al proyecto de Estatuto de los Trabajadores presentado por el Gobierno de Suárez, pero en noviembre lo apoyaron, después de que el PSOE lo enmendase durante el proceso parlamentario, en el que participó Franco.
UGT y la organización patronal CEOE firmaron el 5 de enero de 1980 el Acuerdo Marco Interconfederal (AMI), que poco después fue ratificado por la patronal alicantina COEPA. Como CC OO se oponía a este acuerdo, las relaciones entre ambos sindicatos se enturbiaron. La situación empeoró tras la aprobación del Estatuto de Trabajadores el 19 de marzo de 1980, hasta el punto de haber algunos enfrentamientos durante la manifestación del Primero de Mayo.
Nicolás Redondo asistió al congreso provincial que comenzó en Santa Pola el 5 de julio de 1980, en el que fue reelegido Franco como secretario general y se aprobaron las organizaciones comarcales y del País Valenciano. El 1 de septiembre se renovó la ejecutiva local de Alicante, siendo elegido nuevo secretario general: Antonio Godoy.
Entre el 15 de octubre y el 30 de noviembre de 1980 se celebraron nuevas elecciones sindicales, que ganó UGT en la provincia de Alicante, con 2.719 delegados (36%) frente a los 2.420 (32%) de CC OO.
La huelga y manifestación convocadas contra el intento del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 sirvieron para reconciliar a UGT y CC OO, que celebraron también conjuntamente el Primero de Mayo.
Durante el verano de 1981 se llevó a cabo la comarcalización de la UGT, celebrándose el primer congreso comarcal de l'Alacantí en julio.
En diciembre de 1981 UGT llegó a un acuerdo con COEPA para aplicar en la provincia el Acuerdo Nacional sobre el Empleo. Por esas fechas, algunos ugetistas participaban en los comités anti-OTAN.
Gobierno socialista
De nuevo se celebraron elecciones sindicales en el verano de 1982. El eslogan de la UGT, «fuerza sindical para el cambio», anunciaba el que presentó el PSOE en las elecciones que ganó en octubre: «Por el cambio». Varios dirigentes ugetistas formaron parte de las candidaturas socialistas, como el diputado Nicolás Redondo, secretario general de la UGT.
UGT no participó en la huelga general del 20 de junio de 1985 convocada por CC OO, a la que se sumaron el resto de centrales sindicales, contra la reforma de las pensiones aprobada por el Gobierno de Felipe González. Pero al año siguiente UGT apoyó el voto en contra de la permanencia de España en la OTAN, en el referéndum del 12 de marzo. El Gobierno socialista y el PSOE hicieron campaña a favor de la permanencia.
En marzo de 1986 UGT tenía 16.158 afiliados en la provincia, de los cuales 4.432 eran de la comarca de l'Alacantí.
Ruptura con el PSOE
En julio de 1988 se constituyó la estructura de la UGT del País Valenciano, con el diputado en las Cortes Valencianas Rafael Recuenco como secretario general.
UGT y CC OO convocaron una huelga general para el 14 de diciembre de 1988, en protesta por la reforma laboral realizada por el Gobierno socialista y, más concretamente, por el Plan de Empleo Juvenil aprobado en el Consejo de Ministros del 28 de octubre anterior. Además de tener un gran éxito, la huelga provocó una dolorosa ruptura entre las dos organizaciones socialistas hermanas. Nicolás Redondo dimitió como diputado en el Congreso y Rafael Recuenco como diputado autonómico. En Alicante, Ángel Franco (secretario general de la UGT y senador) y otros cuatro miembros de la ejecutiva provincial, votaron en contra de la huelga en una reunión de este órgano el 5 de diciembre. La ejecutiva provincial fue cesada inmediatamente por Recuenco, quien formó una gestora encabezada por Agustín Pérez.
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