Donde hay voluntad, hay camino, nos recordaba el alpinista Gaston Rebuffat y existe una clara voluntad de búsqueda en este excepcional libro de uno de los investigadores de mayor relevancia internacional, Carlos López Otín. Búsqueda de felicidad pero también de sentido, el ancla o faro que nos sujeta cuando la tormenta llega a nuestras vidas (algo que el propio autor ha vivido en carne propia y que nos narra con valentía, sinceridad y humildad), aquello que tan bien definió Viktor Frankl en su obra El hombre en busca de sentido. Una de las claves importantes o anclaje sería encontrar y defender este sentido o elección que nos define y nos protege. Nos adentramos aquí en la historia de la vida sobre la Tierra, qué provoca la enfermedad y cuál es el lugar que ocupa en nuestras vidas, descubrimos el universo que se descifra a través del genoma humano, los lenguajes biológicos que nos definen, la herencia y la importancia del ambiente o las circunstancias que nos rodean y vivimos. Caminamos pues de la mano del autor por tierras desconocidas que nos aproximan a esas claves indeterminadas de aquello que podría resultarnos más útil para atrapar esa felicidad que parece escaparse de nuestras manos por azar, por exceso de realidad, por una sociedad cuyos valores y principios enfocan sus intereses muy lejos del alma humana.

Busca, y ha buscado, sin embargo, Carlos López Otín, a través de su trabajo y de su consulta científica de genómica social, crear un lugar más justo. Para ello pone todo su empeño en transformar no solo su realidad más cercana sino también la de un futuro que se ve amenazado por una búsqueda de felicidad equivocada, centrada en el egocentrismo y que aleja su mirada del sufrimiento humano ("Para ello es preciso convertir el conocimiento en salud: para curar hay que conocer"). Una sociedad caníbal, todo lo contrario a lo que el autor busca: acompañar este sufrimiento, comprender, intentar erradicar el dolor que implica la enfermedad, pues una de las claves evidentes de felicidad posible es la ausencia de esta. Extraordinario y apasionante viaje el que recorremos a través de estas páginas, necesario y fascinante cuaderno de bitácora que firma un hombre sensible que ha sabido superar la adversidad y realizar la más importante y loable labor: transformar lo vivido en algo útil para los otros, trascender, ser la grieta por la que se alza la luz al cielo, vencer, por tanto, la tormenta€

Prefiere el autor tal y como demuestra al igual que Camus, estar con los que padecen la historia, antes que con quienes la hacen. Y así lo demuestra: "Como nos recuerda Tomás Navarro, algunos de los grandes logros de la humanidad han sido obra de personas que creían haber tocado fondo y que, afligidas por un sufrimiento terrible, no tuvieron otra opción que agacharse a recoger los pedazos de su alma y reconstruir su vida".