Una entrada que ya la quisieran muchos equipos de Segunda y alguno de Primera. Más de 16.000 aficionados en el Rico Pérez. Una ciudad volcada. Belleas, festeros, barraquers, peñas, totus tuus Hércules. Promoción, emoción, una afición con máximas expectativas. Arbitraje del trencilla que se pasó de tiquismiquis midiendo áreas contra el Cornellà. Todo preparado para una tarde de fiesta. Sale el Hércules desbocado, jugando alegre, rápido, con verticalidad, embotellando al conjunto vizcaíno, sin dejarle respirar. Son los primeros minutos del partido, el acoso dura un escaso cuarto de hora. Dos ocasiones marradas, dos mano a mano contra el moldavo cancerbero del Barakaldo. Fallando ocasiones, ni un gol al arco iris. Como siempre, toca sufrir, se venía venir, ¡che, quin patiment!

Es el Hércules de toda la temporada, sin gol, sin puntería, amarrando los partidos, sacando resultados ajustados, sin poderío, sin superioridad, con trabajo, con el mono de faena puesto y un cancerbero guardando las espaldas, una garantía atrás que en falta se echa delante. Los delanteros herculanos son incapaces de finalizar las jugadas del arreón que acorrala al rival. Suerte que el encuentro sin goles era una opción más que válida.

Los norteños solo inquietaron al final, run run de las gradas con cada acercamiento de los visitantes, por el gol de la suerte, el que no deja tiempo a reacción. Ellos hicieron su partido desde la inferioridad, nosotros no supimos hacerlo desde la superioridad. Tablas que permiten al Hércules seguir soñando con el ascenso.

Más cerocerismo acumulado a la trayectoria herculana. Los cambios de Planagumà llevaban a ello, guardar el resultado que permitía pasar la eliminatoria. A partir de la próxima quizás los rivales no sean tan inocuos.

Sorteo con sabor amargo en el homenaje a Reyes. Otro norteño a superar, con más empaque histórico que los de Larrazábal. La UD Logroñés, que viene refundado tras pasar tiempos difíciles, tiempos oscuros. Con el extinto CD Logroñés nos cruzamos para ascender a segunda en el 70, dos empates que se resolvieron a favor de los riojanos en desempate en el Bernabeú. Malos precedentes para hoy, que terminaron con el ascenso en el Sadar de aquel equipo con Humberto y Rosas, con Murcia y Escribano, con Pardo y Corró, con Sevilla y Marcos y el canario José Juan despidiéndose. Histórico Logroñés de Las Gaunas en primera de la mano de Quique Setién y «Tato» Abadía, o del que en mala hora fuera presidente herculano García Pitarch, y de los internacionales Toni Polster, Óscar Ruggeri o Rubén Sosa. No es equipo que se nos diera bien. Seguiremos sufriendo, es el sino de este nuestro Hércules. ¡Che, quin patiment!