Adiós, Arturo
Teatro Principal de AlicanteGuion y dirección: Jordi MilánCompañía: La CubanaTeatro Principal de Alicante
Vuelve con su extravagante munición. Un frívolo y popular teatro con viveza, ironía y cierto sentido crítico al burlarse del tópico. Usted llega a un funeral con animadores en una ceremonia festiva y festera porque la asocian con Alicante y no falta lo relativo a las Hogueras en un desfile de visitas relacionadas con el finado, que tuvo un loro y está ahí. Una defunción da pie a la función sobre el fallecimiento del poco convencional, adinerado y centenario artista Arturo Cirera. ¿Un alicantino? Estos días. La Cubana intenta siempre sintonizar con cada población, utilizando sus armas escénicas. Las alusiones alicantinas tienen mérito. Sobresale la intervención de espectadores con atuendos preparados desde antes de empezar las situaciones y los números musicales. Destacan el bailarín escocés, un mimo con andador o la sonoridad de algunos animales. Esta parodia evoca el viejo subgénero de la revista musical, y se pretende sorprender mediante las caracterizaciones, la conexión directa con el amplio público. Un canto (ingenuo) a la vida y a cómo hay que vivirla intensamente. Así se presenta Adiós, Arturo, según el guion y la dirección de Jordi Milán, uno de los creadores de la veterana compañía. Si en el anterior montaje (no visto aquí) salía a relucir el gran teatro de las bodas, en este otro pretenden reírse de los funerales, «una farsa plagada de frases hechas», como afirma Milán. El hilo argumental empieza por el nudo y continúan el desenlace y el comienzo de la historia, excesivamente alargado, con los familiares y las cuestiones de herencia. El mundo entero es un teatro, y los comediantes, a los que se les pide organizar una fiesta, lo ponen al descubierto con la idea de que los asistentes son los protagonistas y guionistas. Los diez actores y actrices asumen numerosos personajes con ese estilo en el que se desenvuelven cómodamente, manteniendo la capacidad para transgredir espacios, parodiar y entretener. Nos guste más o menos, La Cubana tiene un extenso equipo creativo y técnico y un lugar destacado en el paisaje teatral.
