Ese día eligió la OMS para que conozcamos mejor esas enfermedades. La fibromialgia es una dolencia crónica y compleja, caracterizada por dolor músculo esquelético generalizado y con puntos dolorosos específicos a la presión, hipersensibilidad generalizada muscular y esquelética, también en ligamentos y tendones, acompañada frecuentemente de síntomas como sensación de cansancio, sueño no reparador, rigidez (frecuentemente al levantarse), sensación de hormigueo que frecuentemente afecta a las manos, ansiedad o depresión de diferente intensidad, pudiendo conllevar consecuencias para el funcionamiento de las personas afectas, tanto en lo físico como en el plano social.

Cursa en brotes, es decir, alterna períodos en los que claramente empeoran sus molestias con otros de mejoría y alivio; no sigue un patrón fijo y es distinta para cada paciente.

Con frecuencia el afectado ha tenido un amplio y largo transcurrir por consultas médicas (médico de familia, psiquiatría, psicólogos, unidades del dolor, medicina interna y reumatología especialistas familiarizados con esta dolencia), con diagnósticos varios y sus correspondientes tratamientos.

¿Qué podría haber hecho yo para no padecerla? ¿Qué debo comentar a familiares y amigos para que no la sufran?

Las causas concretas y específicas que originan o desencadenan la fibromialgia se desconocen. Por tanto, es difícil de evitar, se han buscado y teorizado sobre posibles causas, como alteraciones hormonales, tóxicos ambientales o infecciones víricas, sin ser concluyentes.

Es posible encontrar familias con varios afectados, lo que sugiere una implicación genética en esta enfermedad; se relacionarían con los procesos de regulación en la sensibilidad al dolor y la respuesta al estrés.

De aquí en adelante ¿qué puedo hacer para mejorarme?

En primer lugar, le sugerimos que usted no se sienta culpable, ni ajeno o extraño a los demás. Ni para usted ni su entorno habrá sido una andadura cómoda hasta llegar a su diagnóstico y plantear un tratamiento. Médicos especializados en ella le prestarán ayuda para mejorar su situación, comprenderán sus molestias, aliviaran su ansiedad, mejorarán su calidad de vida y la de su entorno cercano. Seguro que también disminuyen el número de atenciones de salud que necesita.

En segundo lugar, minimice o atenúe algunos factores estresantes en su vida sean laborales o personales, alguno puede actuar como desencadenante y, aunque no son la causa de su fibromialgia, pueden facilitar el inicio de los síntomas.

Su médico no sólo va a centrarse en el alivio sintomático, también en optimizar y mejorar su condición física funcional y calidad de vida, aconsejándole empezar con ejercicio físico moderado, supervisado, progresivo, gradual y constante. Ayuda ejercitarse en medio acuático o practicar relajación mediante yoga o Tai Chi. Mejorar su condición física le ayudará a disminuir la hipersensibilidad al dolor, su auto eficiencia, calidad del sueño, su satisfacción y la de su entorno. No precisa un fármaco para cada uno de sus síntomas, y su elección puede basarse en el desencadenante sospechado; puede ser uno solo, analgésico, antiinflamatorio, neuromodulador o antidepresivo para tratar, disminuir y controlar los múltiples síntomas. El tratamiento psicológico le ayudará sin estigmatizarle. Complementa el resto de actuaciones y ofrece un enfoque biopsicosocial, ayuda a saber que tras una mala época suele venir otra mejor.

¿Tiene tratamiento médico?

Como tratamiento farmacológico, no precisa recibir un fármaco para cada uno de sus síntomas, pero su elección puede basarse en el desencadenante sospechado. Es recomendable elegir un solo fármaco para tratar, disminuir y controlar los múltiples síntomas, y pueden considerarse los siguientes: analgésicos y antiinflamatorios, antidepresivos y neuromoduladores.

¿Cuál es mi pronóstico?

Su pronóstico es bueno; la enfermedad puede alterar su calidad de vida y los de su entorno más cercano, pero éste mejorará si se tranquiliza, y en ningún caso altera su esperanza de vida.

¿Cuántas personas la padecen?

Se estima en el mundo la presentan 2,4 % de la población, más de un millón de personas., por lo general más en mujeres, que son el 85 % de los afectados y aparece entre los 25 y40 años. A veces se asocia a la fatiga crónica.

Respecto a la fatiga o astenia crónica el cansancio es el protagonista.

Pero ¿en qué consiste la enfermedad?

Puede sentirse cansado tras descansar en cama horas en la cama, incluso estando de vacaciones. Debe diferenciarse de la "debilidad" (incapacidad muscular para realizar un esfuerzo máximo) o la "sensación de fatiga" (cansancio tras realizar un esfuerzo muscular). Se expresa con sensación permanente de falta de energía o vitalidad, percibida en reposo y que se incrementa con el ejercicio. De forma aislada la astenia es un síntoma muy frecuente. Puede aparecer por causas funcionales (una depresión), el embarazo, mal descanso nocturno (sueño inadecuado o fragmentado) o el exceso de trabajo, y también acompaña a muchas enfermedades orgánicas: enfermedades que comprometan el aporte de energía (cardíacas, pulmonares, digestivas, anemias, hipotensión), infecciosas (hepatitis, tuberculosis), inflamatorias (artritis reumatoide), tóxicos (alcohol), algunos fármacos (antibióticos, diuréticos) y las tumorales.

¿Podría haberla evitado? ¿Qué debo decir a familiares y amigos para que no la presenten?

A veces se evita llevando una vida sana y dieta equilibrada cardiosaludable como la mediterránea, el sedentarismo (practicando ejercicio moderado y constante), evitando hábitos perjudiciales (tabaquismo, alcoholismo, consumo de drogas, exposición solar prolongada); son medidas beneficiosas, baratas y universalmente aceptadas que le ayudarán a prevenir muchas dolencias, manteniéndole sano, activo, y optimista.

¿Qué debo hacer para mejorarme?

Hay quien dice que la salud existe, hay salud, cuando los órganos del cuerpo no hablan. Escucharle le ayudará a usted, familiares y amigos a reconocer hechos que, por su importancia, deberán ser atendidos y valoradas por un médico. Por ejemplo, cuando la astenia dura unos meses, si se presenta prácticamente al levantarse, empeora con la actividad habitual, es más intensa por la tarde, es progresiva, se acompaña de pérdida involuntaria de peso o del apetito. Entonces puede deberse a una enfermedad y debe ser evaluado para determinar sus causas. En ese caso: ¡háganos un gran favor, y hágaselo usted, si los presenta un familiar, amigo o conocidos: acuda a su Médico que sabrá cómo proceder!. No juegue a ser médico ni permita que alguien lo haga sin serlo. Le desaconsejamos las medicinas alternativas. Un mal consejo puede perjudicarle seriamente y el tiempo perdido no se recupera. Tampoco permita que el miedo le atenace. Vaya al médico, pero, cuanto antes mejor, el tiempo puede ser más que oro en paño.

¿Cómo se trata?

Si le han diagnosticado una enfermedad causante de su astenia, siga los consejos, los tratamientos pautados y programados, y acuda a las visitas de control con la consiguiente realización de las pruebas que le indiquen para valorar la respuesta y la evolución. En muchos casos, un diagnóstico precoz permite conseguir la curación, la mejoría o la estabilización del problema. El tratamiento psicológico le ayudará, recuerde que este enfoque no debe ser un estigma ni tener una connotación negativa. Complementa el tratamiento médico, el ejercicio físico y ofrece un enfoque biopsicosocial.

¿Cuál es su pronóstico?

El pronóstico dependerá de las causas de la astenia y del momento de evolución de ésta, por lo que repetimos que acuda precozmente a su médico. En general es bueno. No está mermada su esperanza de vida, pero puede alterar su calidad de vida, que mejorará si se tranquiliza.

Firman este artículo Jaime Merino, médico internista jubilado, y José Miguel Seguí, internista del hospital universitario de San Juan de Alicante.