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Patas arriba

Estar colocado, en la antigüedad, significaba tener trabajo. Una colocación era un empleo, preferentemente un empleo fijo. El significado fue luego desplazándose por debajo del significante hasta el punto de que “colocarse”, hoy, significa alcanzar estados alterados de conciencia a base de la ingestión de psicotrópicos. No sabemos cuánta gente “colocada” hay en el mundo. Resulta muy difícil distinguir en el metro o en el autobús a los “colocados” de los “descolocados”, siendo estos últimos, paradójicamente, los representantes de la normalidad. Lo cierto es que un porcentaje muy alto de conductores a los que se les hace el control antidrogas da positivo. Y que muchísimos billetes de 20 o 50 euros tienen restos de cocaína.

Ahora nos acabamos de enterar de que las anguilas del Támesis están hiperactivas debido al consumo de alcaloides provenientes de la orina de los habitantes de Londres. Hacen falta muchos litros de pis contaminado para provocar ese efecto, sobre todo si pensamos que ha pasado previamente por el filtro de los riñones. Todo esto era para decir que los raro, casi, es tropezar con gente “descolocada”. El que no se “coloca” con sustancias ilegales, se “coloca” con fármacos. O con alcohol. Vivimos en sociedades con tasas altísimas de desempleo en las que todo el mundo sin embargo está colocado. Quizá la gente se “coloca” porque no encuentra colocación.

Cada vez, en fin, que un londinense tira de la cadena, llegan al Támesis unos cuantos miligramos de cocaína, de alcohol o de benzodiazepinas diluidas en la evacuación. La batalla entre los estimulantes y los ansiolíticos, a juzgar por el estado de las anguilas, la están ganando los estimulantes. De ahí que nuestras ciudades resulten tan eléctricas. Su compañero de usted en la oficina acaba de levantarse de la mesa para ir al lavabo, no sabemos si al objeto de meterse una raya por las narices con un billete de 20 euros o para metérsela a una anguila con una descarga de la vejiga. A su compañero le han ascendido porque se “coloca” y hace él solo el trabajo de cuatro. Usted está a punto de perder la colocación por permanecer sobrio.

Todo está patas arriba.

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