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¿Qué vemos?

El rey saudí reunió hace unos días a sus verdugos para cortar la cabeza a nada menos que 37 personas

Cuando lees una noticia como ésta ganas te dan de salir corriendo. E inconscientemente la pluma, que se dispone al comentario, gira hacia derroteros más amables. ¿Miramos entonces hacia otro lado? Pues no, no lo haré. En Arabia Saudí no gozan del espectáculo de la tauromaquia. En su defecto, cuando suenan los clarines, glayan con demasiada frecuencia, el pregonero convoca a los ciudadanos para que contemplen en vivo y en directo castigos ejemplares que incluyen decapitaciones, crucifixiones, amputaciones de miembros y latigazos. En el último festival de ejecuciones, hace unos días, el rey saudí reunió a sus verdugos para cortar la cabeza nada menos que a 37 personas, sentenciadas en un juicio de chichimochi a la pena capital. A uno de ellos después de la decapitación lo crucificaron. Y otros tres eran menores de edad cuando se les juzgó. ¿Hay quien dé más? Seguro que este récord de crueldad se batirá a no mucho tardar.

La comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la chilena Michelet Bachelet, puso el grito en el cielo, pero ni el cielo ni nosotros la oímos. Y la pregunta que me hago: ¿Cuándo miro hacia otro lado qué es lo que veo? Muy linda la postal, puesta de sol sobre las dunas y las palmeras, los turbantes de los hombres que recuerdan manteles de pizzería, los burkas que no hacen justicia a la belleza y camellos prognatos que amenazan con darte un mordisco. Pero ¿hay más? Hombre sí. Puede usted ver y oír a un rey de España dirigiéndose al rey del país de las mil y una decapitaciones, después de darse un besito en la mejilla, en estos términos: "Gracias por vuestro esfuerzo y vuestra tarea permanente tan positiva. No os olvidéis nunca de sentir España, como nosotros os tenemos siempre en nuestra mente (no cabeza) y en nuestro corazón".

¿Y ve algo más? Mucho más, mire, traducido a euros, vemos que Arabia Saudí ha firmado con empresas españolas contratos por 17.000 millones de euros. Prima la venta de bombas hechas en España. Bombas de gran efectividad en los bombardeos de Arabia Saudí contra los civiles yemenís, especialidad hospitales y escuelas. Aunque el Gobierno recuerda que "no ha dejado de defender una solución política al mismo" y tampoco de "reclamar públicamente a las partes la necesidad de respetar los principios del derecho humanitario bélico". Buena forma de reclamar, sí señor. También los grandes empresarios se han embarcado, por el módico precio de 7.000 millones de euros, en el AVE de La Medina a La Meca. En la foto Florentino Pérez de ACS y de OHL Villar Mir.

Eso sí, con las migajas de tamaña empresa se pondrá en marcha un tren que funcione para Extremadura y también a otras comunidades afectadas por el desamparo. ¿Y nada más? No, claro que hay más. Oiga, le importa que miremos a las dunas, las palmeras y al camello del mordisco. Le invito a un té. Dos terrones de azúcar, por favor.

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