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Pedro "el okupa" es testimonio de victoria

La crítica siempre está replegada en sí misma, describe con gran precisión los límites del "apasionamiento" rudimentario y es caricatura de frustración reprimida. Normalmente, se critica con la lana del exceso y se teje con las agujas hundidas en el detalle de lo absurdo y lo banal. La crítica no es imprecisa, desde el mismo momento que es superficie verbalizada, siempre, absolutamente siempre, tiene un fin. O dos...

Las personas que son evidencia de seguridad en ellas mismas no emparentan con la crítica. Afortunadamente saben ver que desde la luz angulosa se ven todos los contrastes, en realidad, creo, que lo preciso e impreciso están en el mismo plano. ¿Saben? He visto a personas dadas por muertas por la crítica, que son igual que los gatos: tienen siete vidas. Con la delicadeza del silencio y la fortaleza mental se llega a muchos lados. La crítica solo representa el temperamento del que la hace, por lo tanto, es un absurdo fulgor resquebrajado por los temperamento de los dichos. Lo de los hechos es otra cosa...

En realidad la visión de mucha gente está jalonada por lo que escuchan, pero por lo visto, no ven que el procedimiento más vulgar para pretender aniquilar a una persona es la crítica: la buena, la que es rasgo de afecto y cariño es constructiva, la otra, la que es velocidad de chisme y bulo no vale para nada. A veces he pensado que es el "secreto" de los tontos; los mismos que solo son verbosidad sin rasgo de sabiduría e inteligencia. Pobre gente la que a diario estalla sin ser pretendida, la que pretende tener atención diciendo soberanas tonterías, las que son silueta de múltiples personajes dependiendo del día, las que piensan que encerrando a personas entre el paréntesis de la difamación tienen la vida ganada.

Qué brutal simplicidad debe ser experimentar el vacío de la nada. Las angustias solo son angustias junto a la crisálida de la consciencia. Lo definitivo, es el final, no el principio, aunque evidentemente: la expansión depende de ambos.

Nuestro camino, el propio, es la recomposición de todo lo andado, y creo, que exactamente es lo que le ha pasado a Pedro Sánchez el domingo. Puede gustar más o puede gustar menos, pero por derecho, es la pincelada clara de la victoria. Durante meses ha sido criticado hasta la saciedad, pero miren, "el okupa" es el ganador de las elecciones. Ay, la radiación de la crítica absurda, a veces, es la evidencia de la falta de expansión del pensamiento. Durante muchos meses, a pesar de ser ajena a la política, he tenido que aguantar la apariencia insegura de la crítica. Sí, a diario en redes sociales he tenido que ver frases tremendas que me han hecho pensar... Dicho de otra manera, he soportado en silencio las matracas de unos y otros, siendo fuego vendido del silencio con ganas de arder. No lo olviden, lo he dicho muchas veces, por encima de las ideologías políticas están las personas. ¡No lo duden!

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