Los Puntos de Atención Continuada abiertos en Alicante para atender las urgencias sanitarias y no colapsar los hospitales no han superado la prueba de estrés de la Semana Santa. Cuatro días festivos, desde el viernes hasta ayer, en los que ha quedado demostrado que no están lo suficientemente dotados de personal como debieran. La falta de profesionales en centros de salud, hospitales y puntos de urgencias es un mal endémico en la Comunidad Valenciana. La tijera que se aplicó durante los años de la crisis y los algoritmos no se ha revertido. De ahí que pese a que se han aumentado los puntos de atención de urgencias, la saturación sigue siendo la norma en la sanidad que se presta en festivos. Tener más puntos de atención de urgencias infradotándolos de personal no es una solución, ni siquiera un parche. Lo único que se ha hecho es diluir las largas colas en la calle Aaiun al repartirlas entre un total de cuatro centros, pero las esperas para los pacientes son del mismo orden. La cifra de 200 enfermos por centro durante los últimos cuatro días da una idea de la vorágine que se ha vivido. Con muchos pacientes y pocos profesionales muy cansados por turnos de trabajo excesivos no es posible que quede garantizado el derecho a una asistencia sanitaria digna y de calidad cuando se acude para ser atendido de una emergencia. Si se logra, es una gran suerte.
