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Inteligencia artificial

Es sencillo hacer un chiste con la inteligencia artificial, también llamada IA o AI si eres angloparlante, y la ausencia de la natural en los políticos. Tan fácil que me voy a resistir como gato panza arriba, aunque no sé si lo conseguiré, porque no sé otros gatos, pero «Aramis» no forcejea para nada y le encanta hacer la croqueta cual Luis Suárez fingiendo que el defensa le ha roto la tibia y el peroné. Digamos que inteligencia y política casan mal y podrían llegar a ser antónimos, palabro que significa lo contrario que sinónimos. En un gesto de sabiduría extraño al mundo de las campañas electorales, el presidente Puig ha lanzado la idea de una gran Feria de la Inteligencia Artificial en Alicante que sea tan importante en la materia como el Mobile en Barcelona para la telefonía móvil. Y bien que me parece.

La IA es ahora mismo la herramienta en la que más recursos se está invirtiendo. Por si no se aclaran mucho con los términos, a mí me pasa, les aclaro a brochazos gordos que la inteligencia artificial es la imitación por parte de las máquinas de las funciones humanas de raciocinio. La máquina aprende de su experiencia a resolver problemas complejos, adaptando flexiblemente sus procesos mentales (es un decir) al aprendizaje. Es el mismo proceso del ser humano, aunque no de todos: hay zotes que no aprenden ni a palos y el problema es que muchos de ellos están en la vida pública.

El futuro de la tecnología depende de cómo nos comuniquemos con las máquinas y de qué forma les diseñamos para que aprendan a aprender. Alicante tiene mimbres y mentes como para que realmente pueda convertirse con un poco -o bastante- de ayuda pública en el gran punto de encuentro de la IA en Europa. En el entorno de la Universidad y alrededor del AlicanTec que preside el que fuera su rector, Andrés Pedreño, se están poniendo en valor ideas que se convierten rápidamente en empresas de éxito, la mayoría relacionadas con las nuevas tecnologías y más concretamente con la IA. Es verdad que los chinos son los reyes del mambo en este tema y que antes se les acabará la paciencia que el dinero para invertir, pero Europa -más modestamente- puede usar la IA en los campos en los que somos líderes todavía como el turismo, el deporte o la sanidad. Y en Alicante estamos hoy en primera fila.

Nos olvidamos a menudo de que la provincia reúne la mayoría de los requisitos para triunfar como ecosistema digital internacional. Por hablar de unos pocos, tenemos uno de los mejores aeropuertos europeos conectado con muchas ciudades del continente a través de compañías de vuelos baratos; un entorno relativamente pequeño con dos millones de habitantes, siete universidades, dos parques científicos y un parque empresarial modélico en Elche. Disfrutamos de una calidad y un coste de vida que no nos merecemos y de una Agencia Europea, la EUIPO, que irradia negocio a su alrededor.

Es verdad que anunciar que se va a promover una feria internacional no significa absolutamente nada más allá de una buena intención. No se puede obligar a las empresas a acudir a Alicante para una exposición si nuestra provincia no pinta nada en el mundillo, se gaste lo que se gaste la Generalitat. ¿A Alicante, pá qué?, dirían con razón las empresas tecnológicas.

Se da el caso, sin embargo, de que AlicanTec y otros ya han abierto camino, de forma que gracias a una iniciativa que no ha dejado de ser voluntarista y sin demasiados respaldos, ahora es cuestión de dedicarle recursos e inteligencia (natural) para que fructifique la iniciativa. Soy bastante crítico con ese cuartito de escobas de Alicante que bautizaron con el pomposo nombre de sede oficial de la Agencia Valenciana de la Innovación, pero bastante más optimista acerca del Distrito Digital en el entorno de la Ciudad de la Luz, entre otras cosas porque allí ya hay empresas y personal, algo en lo que hasta un incrédulo como yo puede hundir el dedo en la llaga y comprobar que hay chicha.

Lo del Distrito Digital no sé cómo saldrá en el futuro, pero al menos y como partida cuenta con una ubicación de privilegio frente al mar, que ya es mucho, y muy cerquita del aeropuerto, lo que es otro puntazo. No me extraña que la mayoría de los que se están instalando o tienen comprometida su presencia procedan de países nórdicos, parece que especialmente de Finlandia.

Puig, o las mentes que le asesoran en estos temas, han propuesto complementar la Feria Internacional en IFA con diferentes eventos en ciudades de la provincia, de forma que se pueda repartir el impacto económico de la actuación en muchos municipios, que no sólo sea una actividad que beneficie a la capital o a Elche. Es verdad que el papel es muy sufrido y que las propuestas pueden quedarse en agua de borrajas, pero pinta bien y sobre todo señala un camino y apuesta por un futuro, que ya es mucho decir viendo de dónde venimos. La nueva empresa, la nueva tecnología, la nueva economía, ofrecen un papel a provincias como la nuestra y, si no lo interpretamos adecuadamente bien tontos seremos.

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