Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las "superplantas" salvarán la Tierra

La botánica Joanne Chory desarrolla en el Instituto Salk un tipo de cultivo vegetal capaz de absorber el 46% de las emisiones de CO2

El "Antropoceno" es el nombre de la era geológica en la que supuestamente vivimos y que se define como aquella en la que los cambios derivados de la actividad humana han modificado el planeta Tierra poniéndolo en riesgo de convertirlo en inhabitable para la especie humana. El término lo acuñó el premio Nobel de Química Paul Crutzen en el año 2000.

El término no está aceptado oficialmente. Es más, ni siquiera se ha determinado aún cuándo comenzó exactamente el Antropoceno. De eso se está encargando un grupo de 37 científicos, según publica "The Atlantic". La próxima semana tendrán que votar y elaborar un dictamen que luego elevarán a la Comisión Internacional de Estratigrafía y a la Unión Internacional de Ciencias Geológicas.

Por el momento una parte importante de ese comité se inclinan por situar el comienzo del Antropoceno en 1950. Ese fue el momento en comenzó el cataclismo ambiental que, si no lo remediamos, nos llevará a todos al mismo lugar en que yacen los dinosaurios. Ahí comenzó la "Gran Aceleración", la vertiginosa industrialización nacida con la falsa paz posterior a la Segunda Guerra Mundial. Las emisiones de carbono, metano y la población mundial se desmadraron como nunca antes. Hay otros científicos, en cambio, que no están de acuerdo con situar en 1950 el año cero del Antropoceno. Ya veníamos comprando desde mucho antes papeletas para la autodestrucción. La deforestación ha generado desde 1950 un total de 75.000 millones de toneladas. Pero es que antes de 1750, el ser humano había talado tantos árboles como para generar 300.000 millones de toneladas de emisiones. De hecho hay una hipótesis del "Antropoceno temprano" que argumenta que hace más de 3.000 años la deforestación para tareas agrícolas añadió tanto carbono a la atmósfera "que impidió que los graciares del Ártico se expandieran".

En resumen, que haya comenzado en 1950 o hace miles de años, lo cierto es que el Antropoceno es un berenjenal de cuidado y veremos cómo salimos de él con vida. El proyecto más sorprendente para revertir los efectos del cambio climático lo lidera Joanne Chory, a la que "The Guardian" bautiza en un reportaje como "la botánica más importante del mundo". Trabaja en el Instituto Salk de California, una incubadora de premios Nobel fundada por Jonas Salk, descubridor en 1995 de la vacuna contra la Poliomielitis.

Chory, según el periódico británico, "está en la cúspide de algo tan grande que realmente podría cambiar nuestro planeta". La idea es sorprendentemente sencilla: si las plantas son máquinas supereficientes al absorben dióxido de carbono, creemos "superplantas" que sean capaces de sacar tanto CO2 de la atmósfera que puedan reducir al año el 46% de las emisiones producto de la actividad humana.

La idea es simple, pero Chory advierte que hacerla realidad es bastante más difícil de lo que parece. Para lograr su objetivo está combinando edición genética con agricultura tradicional. Busca cultivos de judías, maíz y algodón que chupen más carbono de la atmósfera y luego lo fijen al suelo a través de las raíces. Chory sostiene que las plantas son "la única manera asequible" para descarbonizar nuestra atmósfera. Esta botánica, diagnosticada de Parkinson desde 2004, prevé iniciar a finales de año las primeras pruebas en el campo y cree que en cinco años dispondrá de los primeros prototipos. ¿Logrará salvar el planeta? "Siento que tengo todo el peso del mundo sobre mis hombreos", afirma.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats