Los apellidos de los moradores de Nueva Tabarca: Ruso, Chacopino, Parodi, Luchoro, Manzanaro, Pianelo, etcétera; indican la procedencia genovesa de sus habitantes que son descendientes de los pescadores de coral genoveses que la familia de los Lomellini desplazaron a la isla de Tabarka en la costa de Túnez que Carlos V en 1540 tomó y se la arrendó por un quinto del valor de la pesca con lo que sufragaba el costo de la defensa de la misma.

En 1741 fueron hechos cautivos por los tunecinos que invaden la isla para que no se convirtiera en una plaza fuerte de los franceses y en 1756 pasaron a ser cautivos de los argelinos. El rey Carlos III, influenciado por el conde de Aranda que desde 1767 desarrollaba el proyecto de aumentar los habitantes de España con colonias en Sierra Morena conformadas por unos 6.000 colonos alemanes y suizos, encomendó a la Orden de la Merced que gestionara la liberación de los cautivos alegando razones históricas ya que la isla de Tabarka en las costas africanas había pertenecido a España en el siglo XVI.

La redención tuvo lugar el día 8 de diciembre de 1768, día de la Inmaculada Concepción, por la intermediación del mercedario Juan de la Virgen, que los condujo a Cartagena de donde pasaron el día 19 de mayo de 1769 a Alicante, alojándolos en el antiguo colegio de la Compañía de Jesús. Años antes el rey Carlos Manuel había redimido a otro contingente de cautivos tabarquinos que se asentaron en Carloforte, en Cerdeña.

El interés de Carlos III por liberar a los tabarquinos tiene su origen en unas cartas que escribió en el año 1750 fray Bernardo de Almanaya describiendo las penalidades del cautiverio. Los tabarquinos tras su asentamiento en Nueva Tabarca estaban exentos de prestar servicio de armas y del pago de impuestos directos e indirectos entre otros privilegios y exenciones que les concedió el rey español. Con la implantación del régimen constitucional, en el año de 1835, desaparecieron las franquicias concedidos por Carlos III. También, debido a las circunstancia de aislamiento, la endogamia ha sido muy frecuente. En el año 1779 el Papa accedió a la dispensa para los matrimonios consanguíneos.