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Mariola Sabuco

Estamos en órbita

La humanidad ya sabe desde ayer cómo es la sombra de un agujero negro. El 99% de la humanidad ignora para qué queremos saber cómo es la sombra de un agujero negro, pero visto el dineral que a nivel planetario se ha invertido y el consenso internacional logrado, con Trump incluido, debemos tener claro que es algo imprescindible para la carrera espacial que ya está en marcha. El conocimiento de las leyes físicas que imperan en los agujeros negros permitirán viajar rápidamente por el espacio al estilo La Guerra de las Galaxias o Star Trek. Podrá parecer una quimera, pero ya se está en ello. Con la certeza de que las casualidades en astronomía no existen; esta misma semana, la Nasa (EE UU), la Agencia Espacial Europea y la Agencia Aeroespacial de Alemania han publicado conjuntamente un anuncio ofreciendo empleo durante dos meses a doce mujeres a las que pagarán algo más de 16.000 euros. El trabajo consiste en estar acostada en una cama durante sesenta días, sometida a gravedad cero, para que se pueda estudiar cómo reaccionará el cuerpo femenino en un viaje espacial. Empezarán en septiembre. La reacción de los cuerpos de los hombres, como es natural, ya lo están estudiando desde marzo. Como la atmósfera terrestre se está volviendo irrespirable sin que EE UU y China se lo tomen en serio; los polos se están derritiendo, los mares suben la temperatura, especies animales y vegetales desaparecen, y no hay agua suficiente para todos; seguro que ya hay quienes, a nuestras espaldas, están buscando, cuales Cristóbal Colón, nuevos mundos a los que desplazarse porque les merece la pena empezar de cero antes que arreglar lo que llevamos un siglo destruyendo. ¿Quiénes se irán? No lo duden, quienes tienen poder y dinero. Nosotros solo vamos a servir para pagar y mirar cómo se ponen en órbita.

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