He querido dejar pasar, premeditadamente, unos días para ver cómo se desarrollaban los acontecimientos con respecto a la permuta de terrenos de todos - municipales- por instalaciones que, en muchos casos, se mantienen con perras también de todos, de las de ir al «mercao de los martes o de los sábados» a comprar condumio. A «to» esto, ¡«parese que ha sio un asierto» permutar los Huertos por la avenida resultante tras las obras de soterramiento de las vías del tren!. Pero al toro, que, como la canción de Los Pekenikes, «el tiempo vuela».

En el asunto que nos ocupa todos quieren meter mano -sobre todo los «rojeras desteñios»-, sin acordarse de que -tal vez, hablan de memoria y ya se sabe que quien no tiene memoria corre el peligro de cometer los mismos errores- critican lo que ellos no supieron arreglar cuando «ocuparon el despacho principal de la casona de la Esquina del Pavo», porque recordemos que, primero, formaron parte del equipo de gobierno, con el CLr de Pedro Mancebo y Joaninasi López-Bas y Los Verdes, de Rate Guillén y Manolo Gallud y, segundo, porque los «sosiatas» que hoy «rajan» ocuparon la alcaldía con Antonio Zapata -interinamente/circunstancialmente, eso sí- antes de entregar la llave de palacio, en plan «rendición de Breda», a los siguientes inquilinos. ¡Mira por dónde, ahora soy yo quien va a hablar de memoria!. Me perece que fue Antonia Moreno quien anunció a bombo y platillo que estaba dispuesta a acudir a los tribunales para echar a los curas y que devolvieran los terrenos que ocupan los campos de deportes del colegio (antigua Discoteca Momentos), pero, como otras tantas cosas, todo quedó en una mera declaración de intenciones, porque, como dice Don Quijote: «con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho». Ya se sabe que es mejor un mal acuerdo que un buen juicio. ¡Si reculas en vez de ejercer tu derecho no te lamentes y asume tu error!, que es lo que debía haber hecho el Ayuntamiento sobre esos terrenos y los que, posteriormente, ocupó otro colegio -Oratorio Festivo- cuando fue derribado para construir sus nuevas instalaciones. No estaría de más que alguien entonase un «mea culpa», porque una disculpa a tiempo nunca está de más y, además, siempre se puede perdonar, porque, como dijo Jesucristo en la cruz, «perdónales Padre, porque no saben lo que hacen».

Y sin saber cómo, ¡eso sí, «to a tajico»!, nos metemos en otro berenjenal, porque en esta Orihuela «sotánica y satánica» hay más frentes que en un incendio gallego, que casi siempre están provocados por la mano del hombre. En este pueblo, y sobre todo cuando se trata de decisiones políticas, pocos asumen aquello de «en tu puerta planté un pino, creyendo que me querías/ahora que no me quieres, no puedo sacar el carro».

Llama la atención que el Ayuntamiento, porque así lo ha decidido el «candidato», permute, unos meses antes de las municipales, los terrenos de la antigua «Disco Momentos», que están a la entrada del barrio de San Antón, por una iglesia, la de San Agustín, que, aunque se diga lo contrario, amenaza ruina. No quisiera pensar, aunque "disen que soy "mu mal pensao"», que el alcalde, además de la vara, pretenda ocupar -¡permíteme, Emilio que lo diga!- en sillón Episcopal, pasando a ser el obispo Bascuñana -¡lo digo desde el respeto; de verdad!- apoyándose en su brazo armado, el canónigo Almagro.

Me pregunto, ¿«pa» qué coño quiere el pueblo de Orihuela una iglesia en ruinas?. ¿No tenemos suficientes «centros socioculturales» que necesitamos otro?. ¡Es que caben 1.000 personas!. ¡Ah, coño! ¿y cuántas caben en el Teatro Circo, La Lonja, el Santo Sepulcro, la Plaza de Toros o el Aula de Cultura de la CAM, que se pretende pedir, cedida, para ser gestionada por el área de Cultura del Ayuntamiento?. Además de lo que costaría su rehabilitación, ¡hay que gastar 2 millones en la desacralización del templo! ¡Quiero pensar que se referirán a toda la recuperación del edificio!. ¡Hasta un cura, Paco Pepe Vegara, llama a la movilización para impedir la permuta, porque, dice, «es un atentado». ¿El Obispado quiere los terrenos?, ¡que los pague y punto!. ¡No nos ocupamos de Rubalcaba y vamos a gastarnos lo que no tenemos para arreglar un edificio cerrado desde 1987, lleno de cacas de palomas y que, bajo mi más que discutible apreciación, poco o nada nos aportará!. ¡Pediremos subvenciones para arreglar la iglesia; en el suelo la veo!