En el mes de julio de 2017, el Gobierno plural progresista del que participaba Compromís, cerramos un buen acuerdo para la ciudad para avanzar en el diseño y ejecución del Parque Central de Alicante, un proyecto clave en el futuro de la ciudad, del que se viene hablando hace décadas, pero que llevaba paralizado muchos años. Después de meses de durísimas negociaciones con ADIF, en época del Gobierno de Rajoy, conseguíamos, con la complicidad negociadora del govern del Botànic, dar viabilidad a la Sociedad Avant, en la que participa al 50% la Administración estatal, al 25% la Administración autonómica y el 25% el Ayuntamiento de Alicante; y que se encontraba en quiebra ante la deuda de 62 millones que tenía en su pasivo. ADIF reclamaba más de 15 millones al Ayuntamiento para saldar la deuda y poder dar continuidad a la sociedad en un momento donde los bancos acreedores exigían el pago de la deuda. Era una consecuencia más de la resaca de la política del PP, de la marginación sistemática del Gobierno central a la ciudad de Alicante, y de un convenio firmado por Alperi que estaba absolutamente obsoleto, ya que el PP nunca reivindicó su cumplimiento y del que únicamente la llegada del AVE a la ciudad, con un discutible y discutido soterramiento parcial, se había ejecutado.

En esa negociación se consiguió que ADIF asumiese la totalidad de la deuda, se separase la operación urbanística OI2 en dos fases y se pusieran las reglas del juego urbanísticas y los compromisos económicos para que la primera fase, el ansiado Parque Central, pudiese ser una realidad en los próximos años. La famosa adenda debía recoger también una actualización del citado convenio. Y eso hizo el Gobierno de Rajoy, asumiendo una redacción que recoge la Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público, en el apartado que hace referencia a los convenios, eliminando los compromisos políticos que existían en el Convenio de Avant del año 2003 que no tenían detrás ninguna obligación jurídica y económica como son la estación intermodal, el soterramiento del parque de vías actual, o la conexión ferroviaria con el aeropuerto liberando las vías de San Gabriel. Desde entonces ha pasado más de un año y medio, hasta que finalmente se le ha dado luz verde a la adenda a través de un acuerdo del Consejo de Ministros el pasado viernes 22 de marzo.

A Compromís no nos gusta la redacción de la adenda, pero somos conscientes que conseguir esos proyectos para la ciudad (la estación intermodal y conexión con aeropuerto) no depende lo más mínimo de estar incluidos en un convenio sin ninguna capacidad jurídica, excepto lo que hemos pactado para el Parque Central que ya ha pasado todas las evaluaciones estatales recogiendo las obligaciones económicas que se desprende del acuerdo alcanzado en julio de 2017.

Por todo esto, expresado de una forma muy sintética, el camino más inteligente y más responsable para la ciudad, y que genera consenso con las administraciones estatal y autonómica, es firmar lo antes posible la adenda por parte del Ayuntamiento para iniciar los trámites siguientes de ordenación urbanística que nos pueden llevar, en unos plazos normales a que las obras del Parque Central, vital como nuevo pulmón verde y para romper el aislamiento de barrios de la ciudad, se inicien a finales de la próxima legislatura. Eso, y comprometernos los próximos gobiernos local, autonómico y central, y así lo ha hecho y lo hará Compromís en las tres administraciones, reivindicar e iniciar nuevas negociaciones para que las inversiones ferroviarias necesarias para la ciudad que siguen pendientes a causa del maltrato inversor de los gobiernos de Madrid. Pero eso, insisto, no tiene nada que ver con un convenio obsoleto y desfasado. No actualizarlo a través de la adenda, hará que caduque en unos meses.

Por todo esto es incomprensible, irresponsable y demagógica la actitud del minigobierno del PP, con su alcalde a la cabeza, planteando el bloqueo de un acuerdo que supondría tirar a la basura toda la negociación con ADIF de la primera mitad de la legislatura y tener que abonar por parte del Ayuntamiento más de 15 millones para hacer frente a la quiebra de la sociedad Avant. Paralizar y bloquear el futuro del Parque Central para nada. Porque estamos en la misma situación, desgraciadamente, al respecto al resto de inversiones ferroviarias estando incluidas en la adenda o sin incluirlas. Perderíamos lo que hemos ganado, para no ganar nada. Una posición estúpida, dañina con los intereses de Alicante e hipócrita por parte de quien ha votado en Madrid en contra de forma reiterada de las inversiones ferroviarias de la ciudad ante las enmiendas presupuestarias que ha realizado Compromís en los últimos años. Una postura que solo se entiende desde el electoralismo más mediocre y rastrero, y los nervios del señor Barcala que siente como la agonía de su minimandato va llegando a su fin.

Por el bien de la ciudad, de las alicantinas y alicantinos, más le valdría al PP aprender del sentido de la responsabilidad que exhibió Compromís hace pocas semanas con su voto desbloqueando los Presupuestos Municipales, y de la acción reivindicativa de Compromís en Madrid cuando sigamos exigiendo plazos y compromisos económicos a las inversiones ferroviarias pendientes.

Señor Barcala, por el bien de la ciudad, le pido que rectifique. Un calentón lo tiene cualquiera, pero lo importante es recapacitar y tomar decisiones sensatas. Con su actitud no gana nadie. Perdemos todos. No acabe usted su minimandato con una alcaldada. No bloquee el futuro del Parque Central.