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Joaquín Rábago

El largo brazo de la Casa Blanca

Lo contaba el otro día el semanario Der Spiegel y parece una broma: la empresa Telekom ha cortado el servicio a bancos y empresas iraníes en Alemania por temor a perder sus negocios en EEUU.

La compañía telefónica alemana envió una carta a la oficina del banco estatal iraní Melli en Hamburgo anunciándole que cortaba con fecha inmediata todas sus conexiones: tanto las telefónicas como internet.

Poco después, otra empresa del mismo país suspendió el servicio de mantenimiento del ascensor del edificio donde se encuentra el banco, lo que obliga a su personal a subir hasta el sexto piso por las escaleras.

Naturalmente, la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales, más conocidas por sus siglas inglesas de swift, hizo lo propio, lo que impidió al banco iraní cualquier transacción con otros institutos financieros.

Pero el Melli no fue la única empresa iraní en sentir los efectos del largo brazo de la Casa Blanca: también otras firmas iraníes que operan en Alemania recibieron cartas anunciándoles la suspensión de los servicios que venían ofreciéndoles.

Por ejemplo, una empresa del sector del automóvil escribió a sus clientes iraníes una carta en la que se les instaba a devolver todos los vehículos que tenían en régimen de leasing. Y la aseguradora dio por rescindidas también sus pólizas.

El banco estatal iraní no se ha quedado, sin embargo, de brazos cruzados, sino que ha presentado una querellen la fiscalía de Bonn por lo que considera un boicot ilegal de sus actividades en suelo europeo.

La cuestión de fondo, como señala el semanario germano, es la de saber qué leyes son de aplicación en Alemania: las de ese país y en general las comunitarias o las de EEUU.

Decidido a asfixiar económicamente a Irán, como trata también de hacer con Venezuela, el gobierno de Donald Trump amenaza con boicotear a todas las empresas de cualquier país que tengan vínculos con Irán.

Trump renegó unilateralmente del acuerdo que firmaron en 2015 con Irán seis potencias - EEUU, China, Rusia, el Reino Unido, Francia y Alemania- por el que el país de los ayatolas renunciaba a su programa nuclear a cambio de que se le levantasen las sanciones internacionales.

Actuando de concierto con sus principales aliados en la región, Israel y la feudal Arabia Saudí, y sin que parezca importarle nada la opinión de sus aliados europeos ni el peligro de desestabilización en todo Oriente Medio, EEUU trata de ese modo de provocar en Irán un cambio de régimen.

A juzgar por los hechos, Estados Unidos parece mandar en Alemania, constata Der Spiegel. Ahora habrá que esperar al veredicto de la justicia: los tribunales de Hamburgo y Bonn están estudiando la posible ilegalidad de la ruptura de contratos por Telekom.

La denuncia presentada el banco iraní, que incluso ha recurrido a la Comisión Europea, permitirá determinar si Telekom ha violado con sus acciones también la legislación comunitaria, lo que podría acarrearle multas de hasta medio millón de dólares. En el fondo se trata de saber quién manda aquí.

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