Parte de la oposición en Elche (PP y Cs) pidió hace días un pleno para reprobar la gestión del conseller Marzà y con ello, de paso, apuntarse un tanto a diez semanas de las municipales. Y tenían mucha razón cuando decidieron llevar al salón del pueblo el asunto porque en estos cuatro años lo que es hacer, desde la Conselleria se ha hecho más bien poco; principalmente, en asuntos de calado o de sensibilidad que, si bien es cierto que muchos se habían heredado, también lo es que quienes ahora mandan aseguraron que los resolverían si se les daba la oportunidad de gobernar, como así fue en 2015. Y es bochornoso que dos concejales del PP no acudan y una formación, Ilicitanos por Elche, con dos ediles más, no aparezca a la sesión. Y cualquier justificación que se ponga es peregrina porque la obligación de ir les viene dada por el compromiso con aquellos que les dieron sus votos para que estuvieran donde deben estar por mucho que les pueda parecer un pleno electoralista, pero la educación que ha gestionado y cómo la ha gestionado Marzà no era asunto menor. Y con todo ello, muchos padres, hartos de salir con pancartas cada semana a clamar sin que nadie les escuche, se marcharon del pleno decepcionados por dos motivos. Porque el conseller salió indemne y porque aún se están preguntando si los ediles que no fueron estaban de puente... educativo, que no político, pero de puente, que de eso sí se quejaron desde Cs en su día, tras conocer la fecha elegida por el alcalde para el pleno. Y si al candidato del PP, Pablo Ruz, que casi todo le está saliendo bien en campaña -díganme cuántos han tenido la oportunidad de ser ungidos por Rajoy y coronados por Casado el 8M-, se le tuvo que torcer el gesto por el contratiempo de ver que dos de los suyos ni iban, ni quiero pensar la cara de la edil de Educación, Patricia Macià, quien se ha comido sapos y culebras por culpa de Marzà y ayer le terminó apoyando junto al resto de la bancada socialista supongo que para no dejar en la estacada a sus socios de Compromís porque contenta con él, digo yo, no estará. Y los políticos diciendo que los ciudadanos no les entienden...
