Hoy se celebra el día mundial del sueño. El sueño es importante la vida, es una actividad que nos consume poca energía y permite recuperarnos de las actividades que realizamos el resto de la jornada.

Pero durante el sueño la actividad cerebral es clave, ese órgano trabaja sin parar, y hemos desarrollado técnicas que permiten su medición, así hemos aprendido que es un estado de conciencia dinámico en el que podemos llegar a tener una actividad cerebral tan activa como en la vigilia y en el que ocurren grandes modificaciones del funcionamiento del organismo; hay cambios en la presión arterial, la frecuencia cardiaca y respiratoria, la temperatura corporal, la secreción hormonal, entre otros.

Ventajas del sueño

Necesitamos dormir para poder estar activos al resto del día, y estamos activos porque hemos dormido.

La supresión del sueño produce un claro deterioro en el funcionamiento diurno; hay una disminución del rendimiento intelectual con dificultades de concentración y utilización de la memoria, así como de la capacidad de abstracción y razonamiento lógico. Disminuyen los reflejos y aumenta el tiempo necesario para reaccionar ante un estímulo, lo que puede favorecer el riesgo de accidentes de tráfico, domésticos y laborales.

También aumenta la probabilidad de desarrollar trastornos psiquiátricos, ya que se producen alteraciones en el estado de ánimo aumentando los niveles de ansiedad e irritabilidad.

La privación severa de sueño puede precipitar la aparición de alucinaciones (confundiendo imágenes resultantes de la imaginación con la realidad), alteraciones neurológicas y ataques epilépticos.

Duración del sueño

Los humanos dormimos unas ocho horas al día, es decir pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo. Más cuando somos niños y menos cuando somos ancianos.

El sueño tiene varias fases.

Podemos registrar la actividad eléctrica del cerebro durante el sueño mediante el electroencefalograma o EEG), que muestra ondas cerebrales de alta frecuencia y baja amplitud en estado de vigilia, que se van progresivamente transformando en ondas cada vez de menor frecuencia y mayor amplitud en el reposo. Esto ha permitido definir hasta seis fases en el sueño. Y generalmente en él hablamos de dos fases: el sueño no rem y el rem.

El sueño no REM tendría una función relacionada con la reparación de tejidos corporales y conservación y recuperación de energía, mientras que durante el sueño REM predominarían los procesos de reparación cerebral (reorganización neuronal, consolidación y almacenamiento de recuerdos relevantes y eliminación y olvido de los que no lo son).

Cuando un organismo está aprendiendo algo, durante su sueño aumenta la fase REM (p.ej. los niños tienen mucho más REM que adultos y ancianos) y, cuando estamos sometidos a un fuerte desgaste físico aumenta la fase no REM (p. ej durante la práctica de ejercicio físico).

Algunos han relacionado la aparición de determinadas enfermedades: hormonales, cardiovasculares, inmunológicas, psiquiátricas, etc.) con la falta crónica de sueño.

¿Duermen los animales?

La mayor parte de los investigadores estima que todos animales duermen. Y lo hacen de pie, acostados, o en situación de alerta. Los mamíferos lo hacen, como los humanos con un sueño ligero y otra parte profunda.

El ratón lo haría 20 horas al día y el caballo 3. El gato trece horas, y el perro unas once.

Soñar

En la fase REM del sueño es cuando soñamos. Lo hacemos todos, aunque algunos no recuerden lo soñado, e incluso lo hacemos en tecnicolor. Lo que es difícil es controlar los contenidos de nuestros sueños. Un psiquiatra famoso Sigmund Freud intentó utilizarlos para descifrar nuestro subconsciente.

La mayor parte del sueño REM se produce al final de la noche. Por este motivo, cuánto más tarde nos levantamos más probabilidades tenemos de recordar los sueños, puesto que recordamos los sueños cuando nos despertamos a partir de esta fase.

¿Paramos de respirar mientras dormimos?

Sí, entre inspiración y espiración normalmente hacemos unas pausas breves que llamamos apneas. E igual sucede durante el sueño. Estas interrupciones pueden durar desde unos pocos segundos a minutos y pueden ocurrir más de 30 veces por hora. Pero hay personas que tienen trastornos en ello. El tipo más común es la apnea obstructiva del sueño.

Esta causada por un colapso en las vías respiratorias o una obstrucción de ellas durante el sueño. Luego, la respiración vuelve con un ronquido o resoplido. Al descansar mal pueden quedarse dormidos durante el día en ambientes que no estimulan su atención.

¿Podemos aumentar nuestro sueño?

La medicina moderna ha encontrado numerosos medicamentos, los llamamos hipnóticos, y facilitan que éste se inicie e incluso hacen que aumente su duración.

¿Qué medidas nos lo facilita?

Se ha comentado la conveniencia de mantener actividad física regular durante el día. Pero sin ella las dos horas que preceden al acostarnos. Utilizar la cama sólo para dormir y las actividades sexuales. El ambiente debe ser tranquilo y confortable.

Hay que rutinizar los hábitos de sueño y despertar. Eliminar el tabaco. Así como las bebidas que contienen cafeína y el alcohol.

Hacer las siestas muy breves. No más de 20 minutos. Si no se consigue dormir, leer un rato o levantarse, pero no dar vueltas en la cama.

Otro trastorno del sueño es el sonambulismo, un trastorno del sueño que afecta a un 4% de la población y que suele aparecer en la infancia. El afectado se levanta o caminar mientras está dormido, habla e incluso realizar actos cotidianos simples mientras está dormido, lo hace con los ojos abiertos, pero sin posibilidad de que otra persona pueda comunicarse con él pues su estado, en realidad, es de inconsciencia.

Suele desaparecer por si solo al llegar a la pubertad. Solo un 3% de la población adulta lo padece y es más frecuente en varones. Dura pocos minutos, y el afectado no recuerda lo que le ha pasado. Se ha relacionado con inmadurez cerebral en la infancia. Es más fácil que sea sonámbulo el hijo que tiene un padre sonámbulo.

Los sonámbulos son muy sugestionables. Todo lo que ven y escuchan puede activar otros comportamientos. Alguno de sus actos puede ponerle en riesgo, si usted encuentra alguno lo mejor que pueden hacer es llevarlo de nuevo a la cama.

Una buena vida supone un buen sueño.

¡Que usted duerma bien!