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Francisco Esquivel

Contra el muro de contención

Se llama Maribel Quiñones, pero un buen día se transformó en Martirio. Muy jovencita tuvo a su crío y no le quedó otra que currar de auxiliar de clínica y vendiendo seguros de puerta en puerta horrorizada por su enfermiza timidez sin dejar por ello de acudir al conservatorio. Tras las gafas oscuras se doctoró y confiesa que aquel crío es lo más bonito que le ha sucedido, mientras su Raúl afina la guitarra con la que sigue a la madre por donde quiera que vaya.

Carmen París, maña perdida aunque naciera en la costa tarraconense, estudió Filología Inglesa al tiempo que cantaba con la orquesta Jamaica por la bebecé -bautizos, bodas y comuniones-, sin renunciar a recibir una formación musical rigurosa, aunque la terminaron echando del centro porque se dispersaba con ritmos inadecuados. Tanta perversión la condujo a realizar mezclas imposibles y con su primera maqueta hubo de sortear vueltas y revueltas porque las productoras no daban con el género en el que catalogar lo suyo. Sirviendo a los americanos de la base en el bar familiar soñó despierta con lograr una beca para estudiar piano y composición en la Berklee College of Music de Boston, la mejor para el jazz, y, aunque no pudo porque no se la concedieron, ha acabado disertando en ella sobre la influencia de nuestra música en las raíces del folklore que sí dominan los profesores, quienes han acabado grabando sus obras.

En diferentes citas, almas por la Igualdad de nuestra uni las han traído para irradiar lo que este 8 encarna. Ambas han fusionado todas las métricas para que copla y jota no dejen de surgir resultonas y han librado mil batallas por ser ellas: libres, auténticas, artistazas. Las múltiples heridas que les ha costado forman parte de su cuajo. Lo que desprenden desde el escenario son muchos codos, entusiasmo y disfrute para engatusar al respetable con una chispa y un optimismo que no está pagado con nada. Y no solo es que estén espléndidas, es que vierten la fuerza que mujeres sencillas y comprometidas como ellas inspiran.

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