Parece evidente que la decisión está tomada y que todo lo demás son juegos florales. La importancia que para el equipo de gobierno del popular Luis Barcala tiene sacar los presupuestos municipales de este año adelante hace que todo cobre una importancia mínima. ¿Y el escándalo del espionaje de los correos electrónicos por asesores de Ciudadanos? ¡Qué más da! La mirada está ya puesta en el pleno del jueves de la semana que viene, en el que van a intentar aprobar unas cuentas de máxima importancia de cara a la campaña electoral, para presentarse como un partido capaz de gestionar y a la vez conseguir apoyos que en otros tiempos hubieran sido del todo imposibles.
- Toque de atención. Y como muestra de la dificultad del objetivo, el PP perdió ayer la votación en la Comisión de Hacienda sobre los presupuestos al quedarse solo con sus votos y con los del tránsfuga Fernando Sepulcre, frente a la abstención de Guanyar y Ciudadanos y el voto en contra de PSOE, Compromís y de la otra tránsfuga, Nerea Belmonte, quien quiso poner en evidencia que tiene la sartén por el mango y que su voto es el que, en principio, inclinará la balanza, con el permiso de Guanyar, que tiene que pasar el suyo por una complicada asamblea.
- Patada a seguir. Ayer se dio a conocer el informe definitivo de los técnicos de informática sobre los correos. A los ya conocidos accesos no autorizados a las cuentas del jefe de Gabinete de Alcaldía, Vicente López, y de la concejal popular Marisa Gallo, además del intento de entrar al buzón de correo del propio alcalde, se desveló que hubo 20 intentos más, entre ellos al email de Eva Montesinos. Pues el PP como si nada, sigue dejando la decisión de tomar medidas legales pendiente del informe de la Agencia de Protección de Datos, que Dios sabe lo que tardará en pronunciarse. Sorprendentemente, son los de Cs los que han anunciado que el lunes llevarán ante Fiscalía la responsabilidad del PP en «la brecha» en la seguridad del sistema informático, en lo que se antojan fuegos de artificio para dejar dormir -unos y otros- la polémica en los juzgados hasta después de las elecciones.
