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La papeleta

Pere Rostoll

Entre dos frentes

Antes de la medianoche del martes, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tiene que tomar una decisión que, muy posiblemente, marque el color del gobierno valenciano que tendrá que afrontar el mandato hasta 2023: adelantar o no las elecciones autonómicas. El «run-run» sobre el avance de los comicios lleva desde el verano convertido cada cierto tiempo en un debate clave de la agenda política valenciana. Como hasta ahora con este asunto, el jefe del Consell sigue envuelto en un mar de dudas. Tiene argumentos para una cosa o para la otra. Ocurre que, a estas alturas de la legislatura y tras el adelanto de las elecciones generales al 28 de abril, el desenlace a la incógnita que persigue a Puig desde hace meses no se puede demorar más. Tiene cinco días de margen. O convoca ya y une su suerte a la de Pedro Sánchez con todo lo que ello conlleva en positivo pero también en negativo. O espera a celebrar los comicios en la fecha original del 26 de mayo junto a las municipales y un mes después de las generales. No hay ya más prórrogas. Cualquiera de las dos alternativas tiene pros y contras. El adelanto para unir las autonómicas con las generales, sobre el papel, favorecería las opciones de los socialistas de convertirse en la primera fuerza aunque mantendría la incertidumbre entre la reedición del Botànic junto a Mónica Oltra o la mayoría de un «tripartito» de derechas con Isabel Bonig, el actor Toni Cantó y la ultraderecha de Vox. La decisión tendría poca justificación desde el punto de vista político: no se registra una inestabilidad institucional dentro del Consell como para provocar la disolución de las Cortes Valencianas. Pero también es verdad que sí podría tener sentido desde un prisma puramente estratégico siempre que se originara una movilización de la bolsa de electores de las tres formaciones de izquierdas que conforman el sistema de partidos autonómico con los socialistas a la cabeza. Es un dilema que coloca al jefe del Consell entre dos frentes. Su más estrecho núcleo de colaboradores y un amplio sector del PSPV encabezado por Manolo Mata, el número dos del partido y síndic en las Cortes Valencianas, presionan con fuerza para el adelanto. Sus socios electorales: Compromís y Podemos no quieren. Y Puig no se quiere enfadar con ellos. Está entre dos frentes. Él decide.

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