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Julian Barnes: el pueblo británico se ha vuelto más egoísta desde el Brexit

Para el novelista inglés Julian Barnes, sus compatriotas se han vuelto más egoístas y coléricos desde la victoria en referéndum, aunque por margen escaso, del Brexit.

El autor de "El loro de Flaubert" cree que es algo que va a continuar y no confía en poder ver el final de la división del pueblo británico en lo que le quede a él de vida.

Preguntado por el semanario Die Zeit si serviría de algo la celebración de una segunda consulta a los ciudadanos, Barnes cree que si no se piensa en ello es por temor a una polarización aún mayor de la sociedad.

"Si se produjese entonces una mayoría a favor de la permanencia en la Unión Europea, ello enfurecería a los partidarios del Brexit, que son gente muy irascibles. Y podría estallar la violencia", pronostica.

Barnes no descarta que, si el Reino Unido abandona la UE por las bravas, es decir, sin llegar a un acuerdo con Bruselas, vuelvan a sacar las armas algunos irlandeses, algo de lo que "Inglaterra no quiere saber nada".

"Sería sensato a la larga que Escocia se independizase de Gran Bretaña y que Irlanda del Norte se uniese a la República de Irlanda", opina el escritor.

Barnes dice disfrutar con algo que se ha producido ahora: Irlanda ha perdido excepcionalmente el control sobre Inglaterra, cuando lo habitual era justamente lo contralo.

"La idea de retirarnos primero de un tratado para negociar más tarde las condiciones de la retirada es algo tan estúpido como arrogante", afirma Barnes.

Los conservadores británicos se han escorado cada vez más a la derecha, critica el escritor. Tras una serie de dirigentes de clase media como Edward Heath, Margaret Thatcher o John Major, han vuelto los "posh boys" (los pijos), los que estudiaron en Eton.

"Hace cuatro años no me lo podía creer: el primer ministro (David Cameron) había estudiado en Eton; lo mismo que el alcalde de Londres (Boris Johnson) y el arzobispo de Canterbury. Todos ellos se creen con derecho a estar por encima de los demás. Y gozan además de prestigio en amplios sectores de la población".

La desigualdad social comenzó a crecer con la primera ministra conservadora Margaret Thatcher hasta alcanzar, cuando gobernaba el laborista Tony Blair, una magnitud como no se recordaba desde la época victoriana, denuncia Barnes, para quien "es una vergüenza" que uno de cada diez niños británicos viva en la pobreza.

Barnes es especialmente duro con el "tory" Boris Johnson, ex alcalde de Londres y uno de los principales impulsores del Brexit, del que dice que es un "conocido mentiroso que se las da de bromista" y no tiene sentimiento alguno de culpa.

"Es un ambicioso que espera beneficiarse de la situación. Al próximo dirigente de los conservadores no lo elegirán los parlamentarios, sino los miembros del partido. Y éstos son en su mayoría gente blanca y vieja, a la que le encanta Boris".

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