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Momentos de Alicante

Los primeros alicantinos (ii): El Tossal de Les Basses

En el sexto milenio antes de nuestra era llegaron por mar al norte de la actual provincia de Alicante gentes nómadas, dedicadas a la caza y recolección. Vinieron hacia el sur siguiendo el curso del río Vinalopó, buscando tierras agrícolas llanas o con pendientes suaves, asentándose en varios enclaves.

En este proceso de colonización, estos primeros alicantinos del Neolítico construyeron a finales del sexto milenio (hace 7000 años aproximadamente) un pequeño poblado en el montículo conocido actualmente como Tossal de les Basses.

El Tossal de les Basses es un monte pequeño rodeado de lomas más suaves, ubicado en la ladera de la Serra Grosa (donde existían varias fuentes de agua dulce) y a orillas de una laguna litoral abierta al mar a través de una pequeña restinga, hoy seca y conocida como Albufereta. Este fondeadero natural, más los acuíferos antes mencionados y el terreno poroso y poco pedregoso (bueno para la agricultura al contar con una capa de agua próxima a la superficie, con un alto contenido de materia orgánica y de hierro en estado ferroso), debieron proporcionar suficiente diversidad vegetal y animal a los pobladores neolíticos.

Estos primeros pobladores de la Albufereta eran cazadores (se han hallado bastantes huesos de ciervos y caballos) y recolectaban moluscos, raíces, plantas y frutos, pero también cultivaban cereales y leguminosas, criaban bóvidos y domesticaban perros (un buey y dos perros fueron cuidadosamente inhumados, en lo que parece un ritual votivo). Usaban arcos y flechas como armas, pero también hachas, hoces, molinos y azuelas como herramientas. En las 16 tumbas descubiertas en el yacimiento arqueológico se han encontrado recipientes cerámicos dispuestos junto al cráneo de individuos que, por lo general, eran colocados en decúbito lateral. Solo uno de los cadáveres fue inhumado en posición decúbito supino, creyéndose se trataba de un individuo socialmente destacado de esta comunidad neolítica.

Este asentamiento del Tossal de les Basses contaba con una vía de comunicación natural que le unía con otros poblados vecinos. Por la ladera interior de la Serra Grossa se llegaba, por detrás de los montes Benacantil y Tossal, pasando por varios manantiales, hasta la sierra de Fontcalent, donde había otro asentamiento neolítico próximo a la Cueva del Humo, en la que se hallaron restos aún más antiguos, tal como vimos la semana pasada. El camino proseguía hasta enlazar con el valle del Vinalopó. En la Cova de Sant Martí, en Agost, se halló cerámica de aquella época muy similar a la encontrada en el Tossal de les Basses.

El poblado neolítico del Tossal de les Basses perduró hasta los inicios del cuarto milenio anterior a nuestra era (hace unos 6000 años, aproximadamente), siendo el quinto milenio su época más importante.

La Unidad de Conservación del Patrimonio Histórico Artístico Municipal de Alicante (COPHIAM), bajo la dirección del arqueólogo Pablo Rosser, ha realizado varias campañas de excavación en este yacimiento entre los años 1990-1992 y 2004-2008. Tras el análisis del material excavado, se establecieron tres fases cronológicas sobre el poblado neolítico del Tossal de les Basses.

Fase I

Correspondiente a esta primera fase, la más antigua del yacimiento, se hallaron un fondo de cabaña y una tumba datadas entre los años 5030 y 4830 antes de nuestra era. También se encontraron tres fragmentos de cerámica, dos de ellas decoradas (inciso-impresas).

Situadas en la ladera media del yacimiento, estas cabaña y tumba parecen ser el origen del asentamiento. Probablemente sus ocupantes serían los primeros colonos que llegaron a estas tierras procedentes de otros asentamientos más septentrionales.

Fase II

En esta fase se desarrollaron los lugares de hábitat y otras actividades del asentamiento.

Además de la cabaña anterior, se encontraron los fondos de tres cabañas más, situadas de manera dispersa en el yacimiento, conformando así una pequeña aldea con cuatro viviendas. Dos de ellas estaban juntas, con un foso de entre metro y dos metros y medio de ancho, que delimitaba y protegía la zona de hábitat, formando dos espacios circulares casi cerrados.

Las cabañas estaban dotadas de hogares y en los alrededores de los fondos se hallaron varios hoyos, en su mayor parte menores de 60 centímetros de diámetro, siendo muy pocos los que sobrepasaban el metro, que probablemente sirvieron de basureros.

Se construyó una zona de irrigación para el cultivo con pozos y encachados. Uno de estos revestimientos de piedra que fortalecía el cauce del agua contaba con 92 cubetas circulares, usadas para el aprovechamiento de los moluscos marinos.

Un foso segmentado hacía las veces de canal de drenaje para verter las aguas de escorrentías de la zona habitada en la albufera.

Separadas de las cabañas y próximas al campo de cultivo había áreas de almacenamiento de grano y otros productos perecederos.

En esta fase de produjo la aparición y desarrollo de las cerámicas con decoraciones peinadas, en detrimento de las decoraciones inciso-impresas, que fueron menguando en número hasta desaparecer. Se trata de vasos de formas simples con lengüetas y mamelones, siendo pocas las que tenían asas. La técnica de decoración de peinado consiste en una serie de incisiones paralelas no muy profundas realizadas con un instrumento de varias puntas, a modo de peine.

Se hallaron tres tumbas situadas junto a dos de las cabañas. Dos de ellas están datadas aproximadamente en el año 4491; la otra en el 4390.

También se halló una semilla de fruto en uno de los fosos, datada hacia el año 4620.

Fase III

A partir del tercer cuarto del quinto milenio (en torno al año 4280 antes de nuestra era) comenzó este poblado neolítico a reducir sus dimensiones. También disminuyó el número de sus habitantes, que nunca debieron superar el medio centenar. Se colmataron fosos y se destruyeron dos cabañas, si bien perduraron o se construyeron nuevos encachados, hallándose en uno de ellos el hueso de un acebuche datado en el 4207.

La cerámica dominante siguió siendo la decorada con la técnica de peinado, pero se realizaron también algunas esgrafiadas (dibujadas con el grafio, haciendo saltar en algunos puntos la capa superficial y dejando así al descubierto el color de la siguiente), con triángulos invertidos y rellenos de líneas oblicuas o zigzags horizontales. Surgió como novedad el tratamiento de bruñido, caracterizado por el aspecto brillante de las superficies, sometidas a un pulimento intenso y uniforme.

Se descubrieron cuatro tumbas excavadas en las zonas anteriormente ocupadas y ya abandonadas, datadas aproximadamente en los años 4362, 4015, 3888 y 3520.

Abandono

Los arqueólogos estiman que el poblado neolítico del Tossal de les Basses debió quedar completamente abandonado a mediados del cuarto milenio, en torno al año 3585 anterior a nuestra era. La causa apunta a una subida significativa del nivel del mar, cuyo inicio se fecha hacia el 4000.

Por consiguiente, se calcula que la permanencia humana en este enclave neolítico duró cerca de 1400 años, durante los cuales hubo diferentes momentos de crecimiento y estabilidad poblacional, disminución paulatina y hasta posibles espacios de abandonos temporales.

En 2016, Pablo Rosser y Seila Soler publicaron el artículo «Propuesta de fases cronológicas para el asentamiento neolítico del Tossal de les Basses».

Jorge A. Soler Díaz, en su libro sobre la excavación realizada en el poblado neolítico de Villa Filomena, en Castellón, publicado en 2013, incluye un capítulo dedicado al yacimiento del Tossal de les Basses.

www.gerardomunoz.com

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