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Tiene que llover

El gazpacho

Fue la primavera pasada en Munich cuando se decidió que la fuerza jurídica proveniente de buena parte del orbe sentase sus reales entre nosotros

Los próximos 19 y 20 España se convertirá en la capital mundial del derecho al acoger el Teatro Real el congreso de la World Jurist Association. En un país, en el que el centro derecha se conduce de la mano de la caballería montaraz que ha abandonado la cuadra en la que permanecía embalsamada; en el que se recurre al enigma de un relator para el ensamblaje territorial cuando ya no lo garantiza ni superglú en puertas del súper juicio que se nos viene encima, se darán cita confrontando tesis a fin de reforzar y expandir el imperio de la ley y sus instituciones dos mil especialistas. Ya lo sé, pocos parecen.

Aunque Vox es capaz de anexionarlo a la que está liando, la historia es otra. Fue la primavera pasada en Munich cuando se decidió que la fuerza jurídica proveniente de buena parte del orbe sentase sus reales entre nosotros. Por aquel entonces Susana pensaba que el trono estaba garantizado de por vida; el productor Cerezo había empezado a rodar una serie sobre el almirante Blas de Lezo de la que nadie tenía ni pajolera y que ahora se ha visto obligado a ubicar después de que escuadrón ultra reclamase una peliculita sobre el vasco insigne; el llamado bloque constitucionalista había apoyado sin reservas la implantación del 155 emprendida por Rajoy tras la mascletà y desde entonces, que el polvorín se ha suavizado tela, una parte de aquel bloque se ha desgajado montarazmente a fin de mandar al inquilino de la Moncloa a Venezuela, como muy cerca, mientras que los que andan en busca de relator echan de menos a Mariano.

No nos engañemos. Aquí lo que nos salva es que el pequeño Nicolás, que formara parte del ceneí y de Gran Hermano Vip, pendiente de juicio acusado de falsedad documental, que piensa concurrir a las urnas con algo «aglutinador de jóvenes de izquierdas y de derechas para regenerar el país» y al que Casado no tendrá inconveniente en acoger en su seno dado el caso, acudió a tevetrés portando un lazo amarillo. Y ojo que el pequeño es capaz de salir. Así que tranquilos. Somos insumergibles.

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