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Messi vestido de azul y los mármoles del Partenón

Nadie se imagina al astro argentino jugando en otro equipo que no sea el Barcelona

Un tal Hartwig Fischer, que actualmente se gana la vida como director del Museo Británico, ha decidido pasarse de original, de gracioso o de idiota y sostener, sin reírse, que la exposición de los llamados "mármoles de Elgin" en su Museo, es decir, más de la mitad de las esculturas que decoraban el Partenón y otras piezas que pertenecían al Erecteión, los Propileos y el templo de Atenea Niké, es un "acto creativo". Ejercitando hasta el límite la flema que hicieron famosa los británicos, es posible mantener la calma mientras el responsable de un gran museo defiende que los mármoles expoliados por el Gran Miserable Lord Elgin y que penan encarcelados en el museo londinense están donde tienen que estar. Pero no hay flema que resista la insultante chulería del tal Fischer cuando compara el "nuevo contexto" en el que se encuentran las esculturas del friso del Partenón en el Museo Británico con el "nuevo contexto" de las esculturas que no fueron robadas por Elgin y que hoy podemos admirar en el maravilloso Nuevo Museo de la Acrópolis, que mantienen un diálogo exquisito con la Acrópolis y con el cielo de Atenas. Me acordé del tal Fisher con motivo de la sobredosis de partidos Barça-Madrid que los dioses del fútbol, tan caprichosos como los viejos dioses griegos, han dispuesto en el mes de febrero para alegría de los tertulianos futbolísticos y horror de los que no olvidamos aquellos Barça-Madrid de los tiempos del infame Mourinho. Veamos. ¿Qué pasaría si un Lord Elgin futbolero se presentara en la plantilla del Barça o del Madrid y arrancara de su sitio a futbolistas como Messi, Modric, Busquets, Sergio Ramos, Piqué o Benzema? ¿Y qué ocurriría si los megadueños del Manchester City o del Liverpool pagaran después por esos futbolistas y los colocaran en sus equipos, y defendieran la legitimidad de tal aberración con el argumento de que ellos no han robado nada, sino que se limitaron a comprar los mármoles que les ofreció su legítimo expoliador? Son preguntas un poco tontas, lo sé. O puede que no. Pero esas preguntas nos permiten reflexionar acerca de una cuestión más importante (nada más que futbolísticamente importante, por supuesto, no nos volvamos locos con el fútbol). Pensemos en Messi. ¿Ustedes se imaginan a Messi en un equipo que no sea el Barça? ¿Les entra en la cabeza que Lord Elgin arranque a Messi del Barça y lo venda al Manchester City? Uno de los patéticos argumentos del Museo Británico para no devolver los mármoles del Partenón a Grecia es que el museo es gratuito, y así todo el mundo (todo el mundo que pueda desplazarse a Londres, claro) puede disfrutar de sus maravillosos tesoros sin más gasto que el que supone pasar un tiempo en la extravagantemente cara capital británica. ¿Y si los partidos del Manchester City que exponen a Messi fueran gratuitos para todos los espectadores del Etihad Stadium? ¿Y si el Manchester City expusiera no solo a Messi, sino a otros enormes futbolistas, de forma que cualquier aficionado podría hacerse una idea de lo que es el gran fútbol sin moverse de un estadio? ¿Qué más da que Lord Elgin haya robado a Messi? En Manchester, todos podrían disfrutar gratis de Messi y, además, podrían ver a Messi junto con otros futbolistas como, quizás, Hazard, Salah, Ronaldo o Mbappé. Mola, ¿no? ¿Un Messi robado del Barça por Lord Elgin y comprado después por el Manchester City sería un "acto creativo" que permitiría ver a Messi en un "nuevo contexto"? ¿O acaso ver a Messi vestido de azul en el Etihad sería como admirar los mármoles de Partenón en un museo inglés? Es difícil que Messi viaje a Manchester en una caja, pero mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, muchísimo más difícil es que los mármoles del Partenón vuelvan a casa. Así es la vida.

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