Este periodo de la historia del Hércules que escribe Ortiz desde hace más de tres lustros está lleno de borrones y cuenta nueva, de tachaduras y renglones torcidos. Sus muchos años en el poder, que asemejan un eón por su pertinaz duración, hacen que cuando echas atrás la mirada, sin ira pero con pena, observes cómo los fracasos se repiten con increíble regularidad. Siempre las mismas dolencias, ya crónicas, siempre aplicando soluciones baratas, buscando gangas, detrás del saldo, arriesgando lo mínimo. Los parámetros de excelencia que Ortiz observa en sus empresas no parece dispuesto a aplicarlos en un Hércules que recuerda a un mal estudiante. Aquel que en el examen final, y con el nerviosismo propio del que no ha pegado ni golpe, emborrona la hoja intentando desesperadamente encontrar la solución a la incógnita planteada, lo que no suele ocurrir en la mayoría de veces. Borrón y cuenta nueva, a ver si tras otro despropósito se enmienda la plana y la deseada regularidad comienza a dejarse ver en las jornadas que quedan hasta final de Liga. Tras el desastre ante el Ebro, demasiados son los borrones y cuenta nueva este curso, lo que no inspira confianza alguna a una afición con escasas e intermitentes alegrías.

Como el pasado año con el Mallorca, qué envidia da la trayectoria liguera del Racing, que parece firme candidato al ascenso por su demostrada regularidad, sacando a estas alturas nueve puntos al segundo y dieciséis al quinto. La oportunidad de fichar dos delanteros en el mercado de invierno y no hacerlo, en este caso hay que achacarla a la dirección deportiva y al entrenador, que en su ceguera no vieron necesidad de ello, dicen para no alterar la vida interna de un vestuario que hasta la fecha no ha dado de sí todo lo que se esperaba.

Como a la fuerza ahorcan, tras la lesión de Emaná, su baja habrá de cubrirse con un jugador de garantías que aporte equilibrio a la plantilla, que cuente con un currículum contrastado, y que no venga de una inactividad por suplencia. La Federación permite fichar a un jugador que milite en cualquier equipo, no solo a los parados. Portillo no puede desperdiciar esta nueva oportunidad que se le brinda. Tras el borrón del pasado domingo, ha de venir una cuenta nueva que dé esperanzas a una afición cada semana más descreída.