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Políticos de guiñol

La convulsión en el mundo de la política salpica de barro a todos y nos empuja a tragar palabras de grueso calibre y exageraciones de digestión imposible. Los políticos del gran guiñol esgrimen las cachiporras continuamente, más aún cuando ven tajada fácil, y la farsa nuestra de cada día nos la dan hoy y mañana también. Se les enciende la luz roja y el gallinero comienza su función. A ver quién cacarea más y más alto y quién exhibe el mejor plumaje en esta ridícula competición electoral sin fin. Se habla de la figura de un «relator», «coordinador» o «facilitador» en el intento de buscar una solución al conflicto territorial en Cataluña, y algunos montan los números circenses con las manos en la cabeza e implorando al cielo porque la hecatombe llama a la puerta. En el seno del propio Partido Socialista surgen las llamas con sus majestades los barones, como el presidente castellano-manchego García- Page, y toman litros de tila pasa sosegar el ataque de nervios.

El acercamiento al independentismo catalán es solo una forma democrática de perseguir la luz constitucionalmente hablando, aunque la bombilla esté fundida por el cerrilismo de Torra, de los que navegan en aguas bravas, subidos en un cayuco de cartón, y de quienes solo saben vocear, bloquear y esgrimir la espada del 155. La tramitación de los Presupuestos Generales no marcha viento en popa al no recabar los apoyos pertinentes. Incluso recabándolos no significaría dar aliento a las expectativas de que habrá un referéndum por la autodeterminación.

Mal está que los populares de Casado y la troupe de Rivera deliren, pero mucho peor es que algunos del PSOE se instalen en la idiotez. Porque no hay chantajes que valgan. Eso de la «alta traición a España», según Casado, los de la financiación ilegal y otras lindezas, es uno de los típicos monólogos de su particular club de la comedia, donde están apuntados otros de ralea semejante. Que si «rendición del Gobierno», «pactos ocultos» y otras boberías que pretenden timar a la población española con esas rimbombantes y baratas dosis de pirotecnia. Ruido y ruido para intentar que no haya nueces de ninguna clase. Este es el surrealista «frente cívico» contra Sánchez. Y estas son las maniobras de los que convierten el campo político en manipulación y terreno fangoso.

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