La proximidad de las elecciones motiva una constante publicación de encuestas electorales. Es lo normal. En poco más de tres meses iremos a votar. Es un plazo muy corto y el ambiente electoral, después de lo de Andalucía, está muy cambiante. Y todos los pronósticos apuntan a cambios profundos motivados por escasas diferencias de voto entre los bloques tradicionales de derechas e izquierdas.

La última de estas encuestas se publicó el pasado domingo por parte de un importante medio digital valenciano. En ella se vislumbra una posible vuelta de la derecha a la Generalitat, apoyada por la entrada de Vox en Les Corts Valencianes. De acuerdo con esa encuesta, realizada entre los días 22 y 24 de enero y ante 1.545 personas entrevistadas, los resultados serían: PP: entre 23-24 diputados (ahora tienen 31); PSOE: 23, (ahora igual); Compromís: entre 19-20 (ahora 19); Ciudadanos: entre 12-15 (ahora 13); Podemos: 5 diputados (ahora 13) y Vox: entre 14-15, por vez primera.

Con tales datos se conformaría un bloque de izquierdas que podría llegar a 48 diputados y otro de derechas que podría alcanzar los 51. Les Corts tienen 99 diputados, por lo que la mayoría absoluta se alcanza con 50.

Con estos resultados el Consell del Botànic no repetiría. Volvería la derecha, y además desacomplejada, a gobernar. La esperanza de 2015 se apagaría. La mejora de la gestión en general y, en especial, en políticas sociales, aún con claras insuficiencias en educación, cultura y políticas medioambientales, se truncaría. Aunque también es cierto que el actual Consell deja muchos deberes por hacer: Elx puede ser un ejemplo de lo que se podía haber hecho y no se ha hecho.

Ha faltado más esfuerzo en la eliminación de barracones escolares y, en general, más inversión en Educación. También en Sanidad se han notado insuficiencias, especialmente en el nuevo centro de salud de Altabix que sigue a la eterna espera. Tampoco habrá nuevo centro de atención a mayores, en el barrio del Plá, a pesar de la cesión de terrenos. Sobre la deuda pendiente con motivo de la cesión de terrenos que Elx tuvo que hacer para que se instalara la UMH, que el propio Ximo Puig cuantificó en 43 millones de euros, poco se ha avanzado y, cuidado, que si la forma de pagarla es, como se está diciendo, que se compren edificios y la Generalitat se los ponga a su nombre, como podría ser el caso del antiguo edificio de Correos, no parece seria la propuesta. Eso debería ser una inversión de la Generalitat en Elx, a la que deberíamos tener derecho, y no contar como devolución de deuda histórica con nosotros, ya que esta es otra cosa y se debe compensar por otros medios.

El tema del Mercado Central es otra de las grandes asignaturas pendientes que deja este mandato. Tanto a nivel municipal como autonómico. Un tema que se prometió resolver con urgencia y que, ni desde el actual equipo de gobierno en Elx ni desde València se han atrevido a abordar seriamente. Pareciera que dejó de ser prioritario una vez se tomó posesión. Se han pasado la pelota como si fuera un partido de tenis. Y, el resultado, ahí está: peor que hace 4 años. Ahora, con la aparición de los restos de unos 15 enterramientos islámicos en la zona, se puede confirmar la existencia allí de una necrópolis con siglos de antigüedad, lo que se ratificaría por los restos que ya se encontraron en las primeras catas, de 2017, que, junto a otros hallazgos, presuponían lo que ahora está aflorando y que, con otra sensibilidad protectora, teniendo en cuenta todo el entorno en el que se desenvuelve el proyecto, podría haber permitido a la Consellería desestimar la construcción del innecesario aparcamiento y, en cambio, apostar por un Mercado Central moderno y adaptado a las necesidades reales de la ciudad en un espacio tan sensible de éste.

Ni Consellería ni Ayuntamiento tomaron esas decisiones, lo dejaron para más adelante. Como si el tiempo fuera a solucionarlo todo. Incluso cuando el pasado 27 de noviembre el alcalde, a la vista de los informes de ICOMOS, decía: «El contrato del Mercado Central es inviable porque existe el riesgo de perder la declaración, como Patrimonio, del Misteri?» y la respuesta de la empresa ha sido la que ha sido, no ha vuelto a saberse nada de tal decisión, y de eso hace el mismo tiempo que falta para terminar el mandato.

Como novedad, han empezado las obras en la calle Alfonso XII, aunque a estas alturas bien podría decirse aquello de: «¿Dónde vas Alfonso XII, dónde vas triste de ti?...». Esperemos que los gobiernos progresistas en València y Elx repitan porque tienen muchos deberes pendientes con este municipio y, entre ellos, el Mercado Central requiere tomar decisiones y no sólo dejar pasar el tiempo.