Hace unos días, la Agencia Tributaria ha publicado, por vez primera, estadísticas de los ingresos, por renta, en base a distritos postales, en las 33 ciudades españolas con más de 200.000 habitantes. Todo ello referido al ejercicio fiscal de 2016 que se presentó en 2017.

En esas estadísticas aparece Elx encabezando un listado manifiestamente mejorable: Entre los 10 distritos con menos ingresos de toda España, tenemos nada menos que tres. El 1º y líder indiscutido: Carrús-Plaza de Barcelona con una renta bruta anual de 13.286 euros; el 3º Altamira-Toscar con rentas de 14.218 euros/año y el 7º Sector 5-El Asilo-El Canal con rentas de 15.085 euros/año. Poco más y acaparamos los tres puestos del peor podio. ¡Para una vez que lideramos algo, lo hacemos en esto!

Son unos datos que chocan con esa idea de un municipio pujante y con determinado nivel de vida. Y para muchos ha sido una sorpresa la crudeza de los datos. Lo llamativo, en todo caso, es que la AEAT ha hecho una distribución de los municipios por distritos postales, en vez de barrios y pedanías que serían más representativos pero, en todo caso, la realidad global de Elx, en su conjunto, es bastante preocupante en estos aspectos.

En 2017, en Elx, se presentaron 88.687 declaraciones de IRPF correspondientes al ejercicio 2016, con una rentabBruta bedia de sólo 20.099 euros anuales. Hay algunos datos muy llamativos: Casi el 36% de las declaraciones se hacen con ingresos de menos de 6.010 euros anuales. Es el porcentaje más alto de las 33 ciudades analizadas, que tienen una media, en este tramo, del 22%. En Elx ese tramo con menos ingresos supone un 50% más de las declaraciones más bajas, que ya es diferencia. En cambio, en las declaraciones con más ingresos la cosa se invierte: Somos el municipio que menos declara en los niveles altos. Si en el tramo de ingresos de 21.035 a 30.050 euros, la media española está en el 18% de las declaraciones, aquí está en el 13% y la cosa empeora según subimos el nivel: En las declaraciones entre 30.050 y 60.101 euros la media española está en el 22% de las presentadas y aquí en el 11%, justo la mitad y, en el último tramo, aquellas que ingresan más de 60.101 euros, la media está en un 6% de las presentadas y aquí solo suponen el 2%, tres veces menos. O hay muy pocos con esos ingresos o están muy bien «camuflados».

Aunque es cierto que los distritos postales, por su amplitud geográfica, pueden distorsionar la información al incluir ámbitos muy diferentes, también hay que fijarse en las declaraciones presentadas ya que con ello nos podemos aproximar mejor a la realidad de la zona. De las 88.687 declaraciones presentadas en Elx, las que declaran ingresar menos de 6.010 euros son 31.677 y, en cambio, las que declaran ingresar más de 60.101 euros son sólo 1.867 en todo el municipio y, además, concentradas en tres distritos: 03201, 03202 y 03203 que suman 1.160 de las mismas y el resto está en los otros distritos de la ciudad y pedanías.

Se ha dicho que tales datos pueden estar afectados por la existencia de la economía sumergida, tan tradicional en estas zonas. Es probable. Aunque también habría que decir que la «ingeniería financiera» en los niveles altos de renta debe ser importante porque los datos de ingresos en esos tramos son poco creíbles. En todo caso estas situaciones deben hacer reflexionar a todas las administraciones para luchar contra esta lacra y facilitar medidas para que afloren estas realidades y poder obligar a la regularización de las mismas.

Y, por encima de todo, lo que nos confirman estos datos es una realidad social en Elx muy diferente de la que se dice y más cercana, en cambio, a esa otra que se ve a diario: escasa disponibilidad de recursos y, por tanto, poca capacidad de compra en muchos hogares ilicitanos, lo que repercute en todo el comercio local; un nivel de paro crónico de más de 23.000 personas inscritas (al fin de 2018 eran 23.471), de los cuales más de la mitad: 12.231, el 52,11% no cobra nada y de los otros 11.240 sólo 4.560 cobran una prestación contributiva, el resto, 6.680 cobran 430 euros mensuales. Si a estos números le añadimos el creciente envejecimiento de la ciudad, con más jubilados y unas pensiones miserables en muchas ocasiones, tenemos los ingredientes perfectos para una situación muy delicada para buena parte de la población.

Ahí está un importante reto para el nuevo Ayuntamiento: Será bonito ser «ELX2030 Capital Verde Europea», pero mucho más importante sería ser una ciudad socialmente más sostenible para todos y todas y sin los riesgos de exclusión social y pobreza que estadísticas como las de la AEAT nos están mostrando con insistencia y, a ser posible, a ver si no hay que esperar tanto para solucionarlo.