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La guerra que no cesa

Tebas y Rubiales siguen a lo suyo: a palos por ver quién manda más

Cambia el año y las rachas de grandes como el Real Madrid, pero en las alturas de la gestión del fútbol patrio todo sigue igual (de mal). La guerra entre Tebas -el ejecutivo para el que el fútbol no es más que un negocio, y de los buenos- y Rubiales -"hater" del fútbol moderno dependiendo del día- no cesa. Da igual el tema que se aborde: discrepan en todo. Si uno hace un guiño por la izquierda, el otro hace público su amor por Vox. Si a uno le gustan las películas de Stallone, al otro el cine de arte y ensayo iraní. Así que no es de extrañar que, cuando pasa algo serio, vuelen los cuchillos.

La penúltima batalla Tebas-Rubiales ha llegado a costa del Reus. El equipo catalán ha sido expulsado de Segunda por sus deudas, aunque haya sido comprado recientemente por un grupo inversor yankee. Al presi de la Federación le ha dado por decir que algo falla en el control económico de la Liga, una de las niñas mimadas de Tebas y que ha acabado con muchos desmanes de los clubes, acostumbrados a comprar como si no hubiera mañana y a no pagar ni las rondas baratas. El contragolpe de Tebas no se hizo esperar, exigiendo una rectificación que nunca llegará. Más de lo mismo.

Y lo que queda, como la intención de Rubiales de cargarse los partidos de los lunes o recuperar el control de los horarios, ahora en manos de la televisión. Aquí todo apunta a que el romanticismo del sindicalista metido a presidente poco tendrá que hacer frente al negocio de todos los negocios. De lo que no hay atisbo de debate es sobre lo de plantearse qué es lo que realmente adultera la competición, si un partido en Estados Unidos o un mercado de invierno en el que los modestos son expoliados por los peces más grandes en mitad de temporada. Pero ésa es otra guerra. Una que no le interesa a ninguno de los dos.

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