Parece que estamos abonados al banquillo de los «sufridores» en el tema de los Presupuestos. Da igual que sean los del Estado que los de la Generalitat. ¿Cómo es posible que, sin sacar número, siempre nos toque quedar marginados en las inversiones o proyectos que, desde instancias superiores, deben venir a nuestro municipio?. No se pide ningún privilegio, sólo que se invierta aquí en proporción a nuestra población y a lo que ingresamos en concepto de impuestos.

Es cierto que el País Valenciano es la Comunidad Autónoma peor financiada del Estado, y parece que va para largo ya que tampoco el gobierno de Sánchez quiere negociar la reforma del sistema de financiación, y de ahí vienen situaciones que nos afectan negativamente, cada día, en el funcionamiento adecuado del gobierno valenciano y, por ende, en cada uno de sus municipios a la hora de inversiones autonómicas.

Con la presentación del Presupuesto para 2019 que ha hecho el Gobierno de Pedro Sánchez, se ha intentado regularizar el nivel de inversión pública estatal de acuerdo con el peso de nuestra Comunidad en el Estado. Casi se ha alcanzado el 10% que nos corresponde, no llega pero es el más alto desde hace años y es positivo. El problema está en que la provincia de Alicante ha quedado fuera de esa mejora. Y es una opinión unánime entre todos los sectores sociales, a excepción del PSOE (incluso algunos también lo dicen). Antes, cuando gobernaba el PP, era este el único que no protestaba, cosas de la vida (política se entiende). Estamos a la cola de la cola, como decía INFORMACION el pasado domingo. Somos la cuarta provincia que menos recibe y la peor con su nivel de población. Y no es una situación nueva. Llueve sobre mojado. Rajoy ya nos trataba así. Parece que nos tienen predilección. Habrán pensado que con eso de ser la «millor terreta del món» tendremos de todo y, en cambio, de lo que más tenemos es necesidad de inversiones del Estado. Y, en esta provincia, Elx es el punto perdido de esa cola.

El anterior ministro de Fomento, De la Serna, llegó a prometer aquí todo lo que se le pedía y un poco más. Parecía un Rey Mago. Dejó en éxtasis a unos y a otros. Hasta se hizo una foto con el alcalde y otras autoridades, desde la línea del AVE, prometiendo que ya era cosa hecha. El nuevo ministro, señor Ábalos, no avaló esas promesas y las alargó en el tiempo. Y, aunque dijo que el resto de necesidades le eran conocidas y las iba a atender, el resultado es escandaloso: Seguimos sin noticias de la conexión ferroviaria al aeropuerto de El Altet, a pesar del continuo incremento de pasajeros que tiene éste ya que, de nuevo, sólo se presupuestan partidas simbólicas para «estudios». Debe ser la conexión más estudiada de España. Igual pasa con las cercanías Alicante-Murcia, que son vitales para Elx y que llevan camino de convertirse en algo marginal ya que no se modernizan ni mejoran en su viario, instalaciones y unidades y eso que es una línea que utilizan cientos de miles de personas anualmente. La autovía Alicante-Murcia que está cerca de su colapso circulatorio, especialmente en el tramo Elx-Alicante, tendrá que seguir esperando, a excepción del tramo Elx-Crevillent-Orihuela que sí dispone de partida.

Es increíble que, para terminar una vía tan importante como la Ronda Sur, que liberaría de tráfico una parte importante de la ciudad, con gran profusión de viviendas y colegios y aligeraría la difícil rotonda de l'Aljub y la avenida de la Llibertat, hayan transcurrido cuatro años sin que se haya avanzado ni un metro. Y, ahora, presupuestan poco más de 100.000 euros para ello. No parece serio y es un menosprecio a la ciudad.

Parece que Elx padece de invisibilidad en el Ministerio de Fomento y así nos va. Tal vez si en cada visita a Madrid por lo de la Dama también se hubiera ido a este Ministerio se habría conseguido algo más, porque algo menos es casi imposible. Y, lo peor, es que encima hay tendencia a disculpar o justificar el maltrato alegando que han hecho lo que han podido. Ya lo decían en el PP cuando mandaba Rajoy y lo dicen ahora en el PSOE cuando está Sánchez. Si tenemos poca presencia y, además, excesiva prudencia a quejarse ante los que mandan y más si son del propio partido, «estem apanyats».

Los Presupuestos de 2019 apenas han iniciado su tramitación parlamentaria y no se sabe si la culminarán conforme está el Congreso. Hay tiempo para rectificaciones. Es el momento de que todas las fuerzas políticas piensen en las necesidades reales de la ciudadanía y no sólo en los legítimos intereses partidistas. Elx merece que, de una vez, aparezca entre las actuaciones a realizar y no solo a prometer.