Los chicos con las chicas, así rezaba uno de los éxitos de Los Bravos en los años sesenta tras su lanzamiento internacional con aquel triunfo en las listas anglosajonas de «Black is Black». Era la España del tardofranquismo, y aquella letra que era una bocanada de libertad para la juventud, ahora puede incluso verse desde posiciones ortodoxas de lo políticamente correcto como machista, exclusivista e incluso homófoba. Era la España de la película «Las Ibéricas», comedia-sainete que ridiculizaba la aportación de la mujer al deporte, deteniéndose más en la voluptuosidad de las componentes de las pretendidas futbolistas que en su aportación al balompié como deporte. El martes en el Rico Pérez, los chicos estuvieron con las chicas, admirando el juego de las nuestras contra una de las mejores selecciones del planeta, tricampeona mundial, y animando con el mismo ímpetu que si fuera la selección absoluta masculina. Chicos, chicas, hombres, mujeres, niños y niñas disfrutaron del juego y la garra de las españolas durante los noventa minutos.

Entrada récord en el estadio alicantino para ver a España, versión femenina. La evolución del deporte femenino ha sido de tal magnitud en nuestro país, que en muchas disciplinas las mujeres superan a los hombres en éxitos, sobre todo en citas olímpicas cuando las preseas femeninas superan a las de sus compañeros en natación, atletismo o incluso en deportes de equipo como waterpolo o hockey. Lejos están aquellos tiempos en los que había que buscar con lupa para encontrar alguna deportista de élite española que acudiera a olimpiadas o campeonatos internacionales. Desde la legendaria Lilí Álvarez, tenista y deportista polivalente de los años veinte, hasta la nadadora Rita Pulido en Roma'60, la sequía se mantuvo hasta los años ochenta. De la no aparición de atleta española pasando por las ridículas cifras de tres en Tokio'64 o dos en México'68, hemos pasado a las centenarias desde Barcelona'92, que tuvieron su récord de participantes femeninas en 143 deportistas españolas en Río'16.

En concreto en el balompié, las diferentes selecciones españolas nos vienen dando últimamente alegría tras alegría. Al campeonato de Europa sub'19, hay que añadir el mundial sub'17 celebrado en Uruguay. Aunque en la absoluta solo se ha conseguido un tercer puesto en la Eurocopa del 97, la presencia en el próximo Mundial de Francia abre expectativas nunca antes imaginadas para el fútbol femenino español, al que contribuye con su presencia como portera la alicantina Sandra Paños.