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Ritos de paso

Los rechazos

La repulsión puede producir nauseas, el amor, hartazgo, y asistir a una exposición de arte moderno postsoviético, espanto. Estas son las bases sobre las que esta trabajando Bernardo para su tesis doctoral que versará sobre “el rechazo y sus variantes en el siglo XX� según me escribe. En realidad, la tesis doctoral la debía haber presentado hace años pues, como yo, acabó la carrera en 1980, pero diversos menesteres se lo impidieron. Primero, se casó temprano, con una joven tinerfeña que conoció en un seminario de la universidad de verano de El Escorial. Rosita, así se llamaba, se quedó embarazada nada más empezar el romance con lo cual, dada la tradicional familia lagunera a la que pertenecía la joven canaria, no hubo otra solución que contraer matrimonio católico, apostólico y romano en la catedral de San Cristóbal de la Laguna.

El banquete fue muy reducido y se celebró en un conocido club privado de Santa Cruz de Tenerife. El viaje de bodas consistió en volver a Madrid y empezar a trabajar a destajo, Bernardo, como profesor en un colegio privado de todas las asignaturas posibles de letras del bachillerato de entonces, pues la familia de Rosita era de mucha raigambre y de pocos dineros, y la de Bernardo carecía de ambas cosas. La vida del joven matrimonio empezó bien, en un pisito en Malasaña, en plena “movida�, continúo monótonamente y acabó fatal: cuando Bernardo creía que el hogar era un campo de felicidad, después de cuatro años, Rosita se volvió arisca, primero, decidió trabajar de administrativa en una agencia de publicidad, segundo, y se enamoró apasionadamente de un creativo argentino.

De lo tercero, Bernardo tardó en darse cuenta casi una año, una noche en la que Rosita le confesó que estaba embarazada y se produjo el silencio, pues Bernardo llevaba siendo rechazado por ella en el tálamo desde hacía más de medio año. De ahí al divorcio, sencillo aunque traumático, pues Bernardo acabó también siendo rechazado por su hija que se fue a vivir con su madre y con el creativo publicitario, y con el hermanito que vino pronto.

Los avatares que sucedieron después en la vida de Bernardo dan para un libro, pero se resumen en una palabra: rechazo fue lo que encontró allí donde llamó. Por eso, amargado y solo, ahora se concentra en la tesis y el tema de la misma era obvio, marcado por el destino no por el director de la misma. Cosas de la era postdigital, amigo Manuel.

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