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Una nueva era

La patronal de la Comunidad Valenciana (CEV) ha convocado esta tarde en Alicante al empresariado de las tres provincias para conmemorar el 40+1 aniversario (así lo llaman) de la organización, heredera de la asociación de Valencia (40) y que agrupa ahora (+1) a federaciones y empresas de Alicante y Castellón. La convocatoria está envuelta en todo el oropel que representan el escenario elegido (el ADDA), la bendición de la CEOE (interviene su mandatario, Antonio Garamendi) y la presidencia del Rey Felipe VI. Errarán en su análisis quienes opinen que se trata del desembarco en Alicante de todo el poderío valenciano.

El hábil presidente de la CEV, Salvador Navarro, ha hecho durante el último año más viajes a esta provincia que la mayoría de consellers de la Generalitat para, precisamente, tratar de limar la sensación de que los rescoldos de la desaparecida patronal alicantina Coepa debían extinguirse bajo las aguas de la asociación valenciana. La elección de Alicante es, por tanto, una declaración de intenciones de alicantinidad que Navarro está obligado a mantener durante éste y el resto de mandatos de futuros presidentes.

Porque de eso se trata, de no pisar las mismas líneas rojas que sus predecesores de Cierval o de la propia Coepa, siempre dóciles y serviles con el poder establecido y nunca del todo conocedores (los primeros) de las peculiaridades del territorio que va de la Marina Alta a la Vega Baja.

Esta nueva CEV, que también aglutina a las grandes patronales de Alicante (turismo, calzado y metal incluidas), está mandatada para reivindicar en Madrid y en València no sólo los intereses generales de la Comunidad Valenciana, sino también los particulares de Alicante y Castellón, aun a costa de asumir el coste de la confrontación. De hecho, podrían haber comenzado por el protocolo.

Han excluido del acto de hoy a Uepal, heredera del ala más alicantinista de Coepa. Es como si UGT dejara de invitar a sus congresos a CC OO y viceversa. Ni por tamaño ni por representatividad, la alicantina constituye amenaza alguna para la CEV. Pese a las buenas intenciones de su responsable, Juan Jose Sellés, éste se halla más cerca de ser el enterrador que el refundador de Uepal. Es en esos gestos de no exclusión donde la nueva CEV debe exhibir su grandeza y marcarse por objetivo la total integración. Y esa nueva era debe arrancar hoy en Alicante.

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