La iniciativa de la izquierda de nuestra ciudad, PSOE, Compromís y Guanyar, de llevar a cabo una causa general contra la Iglesia Católica, pretendiendo expropiar el monasterio de Santa Faz, de las monjas Clarisas, y cerca de un centenar de templos y edificios que son de su propiedad en nuestro municipio, refleja que, tristemente, todavía hay personas que tienen en su ADN unos sentimientos que la mayor parte de la sociedad superó hace muchos años.

Me parece miserable que para movilizar a su desencantado electorado, la izquierda abra una cruzada contra la Iglesia y se ponga a la Santa Faz como excusa. Eso demuestra no sólo ignorancia e irresponsabilidad, sino una absoluta falta de respeto a los alicantinos y a las señas de identidad que nos definen. Y, lo que es peor, atacar a nuestros sentimientos más íntimos.

Sorprende que la izquierda cada vez más ultra de Alicante se empeñe en usurpar el monasterio de la Santa Faz a las Clarisas, un bien que como tal nunca ha sido del Ayuntamiento. Es tal el despropósito que hoy se cuestiona la propiedad que las Clarisas han mantenido durante más de 500 años sobre este convento, y que esperamos que mantengan durante muchos más.

Como muchos alicantinos saben, excepto la izquierda ultra y nacionalista según parece, es a raíz del milagro de la Lágrima cuando en 1489 se decidió la construcción en ese enclave de una iglesia. En primer lugar, llegó la orden religiosa de los Jerónimos, pero viendo que no se hacían al sitio, es cuando vinieron las monjas Clarisas en el año 1518. En aquél tiempo, en el siglo XV, Alicante no tenía un Ayuntamiento propiamente dicho y es un consejo el que hace donación a las Clarisas del sitio donde hoy está el convento.

Y así, 500 años de donación plena del sitio y sobre el mismo se edifica la propiedad. Algo que ha sido incuestionable durante siglos, pero ahora resulta que PSOE, los nacionalistas de Compromís y Guanyar se han propuesto revisar y, si es posible, quitárselo a la Iglesia. Esto no tiene sentido porque la donación se hizo perfecta y los templos de la Iglesia católica nunca han constado en el registro porque la ley así lo estableció, ya que en principio el registro estuvo concebido para inscribir los bienes de comercio. Eso fue así durante siglos hasta que en el año 1944 se permite que se inscriban los bienes de la Iglesia, pero no los templos. Hasta que ya posteriormente así se dispuso y tuvo lugar la inmatriculación de muchas de estas iglesias. En definitiva, el monasterio se inscribió cuando se pudo inscribir, en 1979. La posesión no tiene discusión y no hay ninguna razón para esta causa general contra la Iglesia.

Ahora la izquierda rescata el asunto y habla de que la inmatriculación del monasterio se produjo en el año 1979 de forma indebida. Todo ello en un intento de arrebatar la propiedad del monasterio a las monjas. El monasterio y quién sabe si hasta la concatedral de San Nicolás y otros templos, porque eso es lo que votaron en el pleno de noviembre: revisar la inmatriculación de las propiedades de la Iglesia católica en la ciudad de Alicante para plantear su posible expropiación.

Ya puedo decirles que, con los medios y la documentación que tenemos a disposición en el Ayuntamiento, no hay ningún bien municipal que esté en manos de la Iglesia. Así que el propósito de estos partidos no es otro que el de incautar los bienes eclesiásticos y punto.

Lo digo ya bien claro. No vamos a permitir esta causa general contra la Iglesia católica por parte de la izquierda alicantina. Ahí van a encontrar siempre enfrente al Partido Popular. En estos momentos tenemos sólo ocho concejales en el Ayuntamiento y no hemos podido impedir la creación de esta comisión municipal, pero llevaremos a pleno la solicitud de cierre de la misma y, en el caso de que no sea aprobada, seguiremos luchando con todas nuestras fuerzas para impedir que este despropósito llegue a ningún sitio.

Como alcalde defenderé las señas de identidad de Alicante y que nuestros sentimientos sean respetados, y no puedan ser utilizados con fines electorales o para ejecutar políticas rancias y sectarias de izquierda trasnochada, sin rumbo ni proyecto.