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Divisare è chiuso

Ante el cierre de una gran página pionera de la arquitectura en la red

Es el año de Blade Runner, lo que justifica la cita de un diálogo de la película de Ridley Scott que se ajusta a lo que vamos a contar. Divisare ha cerrado definitivamente su página, y todos sus archivos, nuestros archivos, desaparecieron en el gran espacio de internet. Esta página romana, idea visionaria de Lloyd Marcus Andresen, fue el primer sitio de arquitectura en la red y, durante mucho tiempo, uno de las mejores. Empezó hace veinte años, 1998, con una propuesta tremendamente atractiva llamándose Europaconcorsi. No hay sensación más amarga, tras dedicar dos o tres meses a un concurso, que ver como todo el tremendo esfuerzo de un equipo queda inservible si no gana y se llena de polvo en las estanterías de un consistorio. Europaconcorsi recogía no sólo el primero, sino otros participantes. Pronto incluyó además de Europa, que venía en el título, a todo el mundo, informando además de nuevas convocatorias. Allí trabajaba gente de muchas nacionalidades, españoles también como María López Plaza. Además de dibujos de jóvenes arquitectos, la página comenzó a incorporar obra realizada, que siempre atrae publicidad al soporte. Eran proyectos ya materializados y tremendamente bien fotografiados. A medida que tomaba fuerza este aspecto, el propio nombre de Europaconcorsi no se ajustaba a la nueva situación y se extrajo una rama llamada Divisare. Sus anales, que acaban de dejar de existir en la red, contienen más de 140.000 proyectos. Es el mayor archivo de arquitectura de internet. Las posibilidades de la red hacen que puedas acceder por portfolios a diversas tipologías. Pero todo esto, si nadie lo compra y lo custodia en una cámara en Suiza, es ya la biblioteca de Borges ardiendo. Páginas dinámicas como Plataforma-ArchDaily, que irrumpió en 2008 desde Chile, y editan también desde México, Colombia o Portugal en inglés y español con miles de visitas diarias y millones de seguidores, se comen el mercado. O Dezeen, con base en Londres y Nueva York. La pregunta es hacia dónde ir. Divisare no incluía artículos de opinión, mientras que otras como SCALAE en Barcelona, de la mano de Félix Arranz, lo que no incluye son obras y se dedica sólo a la elucubración. Hay otras como Metalocus, o en menor grado Stepien y Barno, que alternan distintos tipos de contenidos. El mexicano Edgar González, con sede en Madrid, centra su actividad en eventos, premios o efemérides. Mezclar noticias y obras, es como hacer exposiciones temporales en un museo: hacen que la gente vaya. Por otro lado, revistas consolidadas han pasado a tener sitios en la red de mayor o menor interés. Tectónica cuidando mucho lo que publica o Arquitectura Viva haciendo una difusión de un número de obras mayor de las que puede ofrecer en el formato impreso. Lo que está claro es que cada día es más difícil mantener una revista impresa en el mercado. Ante este panorama tan amplio, la seria y veterana Divisare, sin duda vio mermar sus visitas, por ende su publicidad, y dio un giro de nuevo en 2015 sacando una nueva rama que es Architettura Italiana, dedicada a sus arquitectos, probablemente buscando un área de trabajo en la que sin duda son líderes. También han promovido la edición de libros, y esos si quedarán algo más de tiempo, aunque claro, vender libros en la red, es como vender Biblias en una mezquita: el público navegador está predispuesto hacia otros intereses. Cuando un fallo técnico te impide acceder a la información en red tomamos conciencias de lo ligero, efímero, endeble de un formato en el que nos movemos, que ahora se presenta como el único posible y hace que se tambalee el espacio tradicional: el del periódico, el del libro, el del comercio, el del taxi, el del hotel. Cuando en ese universo emergente algo se esfume, como acaba de ocurrir con Divisare, ¿en qué mundo viviremos entonces nosotros? En El Archivo de Egipto, Leonardo Sciascia recrea la vida de un abate que dice estar traduciendo un texto sobre los primeros pobladores de Sicilia. Todo el mundo quiere acercarse a él y agasajarlo para que les incluya en la lista de los pioneros habitantes de la Magna Grecia y alargar su linaje. Estoy orgulloso de haber merecido una página personal en Divisare, de estar en su archivo de los primeros pobladores del mundo virtual arquitectónico, pero "todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia".

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