Bastantes oriolanos hemos asistido a la puesta en funcionamiento del nuevo Centro de Salud del Rabaloche, delante de la pared lateral del antiguo Hospital de San Juan de Dios, ahora convertido en espacio socio-cultural y museo, se fueron alineando, en una parte los muchos cargos y carguicos actuales. En la otra, las buenas gentes del pueblo, entre los que se encontraban, la plataforma de usuarios «rabalocheros» y los militantes y simpatizantes políticos de todos los partidos, más los asesores y protocolos locales, así como los servidores y guardaespaldas de las distintas autoridades presentes.

Las expectativas dieron una gran alegría a los oriolanos, que llevábamos más de VEINTE AÑOS esperando semejante acontecimiento y sufriendo últimamente en silencio las incomodidades sin cuento, que después de tantos años veíamos hechas realidad, al tener ya un centro de salud digno. Donde los pacientes puedan ser asistidos con la comodidad razonable por los profesionales, que con tanta paciencia vocacional han estado trabajando con mucha más profesionalidad y espíritu afectivo que su deber deontológico les exigía.

Parece que faltan algunos detalles de ajuste, sobre el aparcamiento y otros de tipo menor, pero ya podemos celebrar que estas expectativas sanitarias han cumplido su objetivo. O sea, mejorar la atención humanitaria a los pacientes oriolanos, una promesa cumplida por el gobierno actual valenciano, que al menos ésta, se ha hecho realidad.

En otro orden de cosas, sobre cuestiones locales, he de decirles también que en Orihuela hay rumores de que el Asilo de Ancianos, sito en la calle Duque de Tamames, puede haber sido comprado por un importante grupo financiero con la intención de hacer en él un espacio residencial. Es posible que el rumor solo sea eso, un rumor, espero que por quien corresponda podamos saber si es cierto y si fuera con la intención de otras expectativas, sociales y/ o urbanísticas, también.

No es que al que esto les comenta no le parezca bien ni mal, pues lo único que ocurre es que, a falta de información fidedigna de esta posible actuación, puedan generarse errores en tales actuaciones. Creo que la luz y taquígrafos harían mucho más razonables la comprensión y aclaración de ellos, para que los ciudadanos sepamos, si no es un secreto urbanístico, que sean solo eso: rumores.