Echando mano de la hemeroteca uno descubre el tiempo (mejor, los años) que llevamos esperando la prometida visita de la Dama. Ha pasado tanto que hasta ha cambiado el Gobierno, aunque ni los de antes ni los de ahora han sido muy receptivos a la cesión el busto, al que comparan en importancia para el MAN con lo que son Las Meninas para El Prado. Pero el alcalde y la edil de Cultura no ceden en su empeño y ayer se acercaron a las obras por 40.000 euros que se ejecutan ya para acogerla, así que no pude evitar acordarme de El Cuento de la Lechera después de que un periodista aprovechara para preguntar sobre fechas y, por lo que se ve, no las hay ni para un nuevo encuentro con el Ministerio. Con este asunto estoy con los escépticos de Compromís, que no paran de preguntar en el Congreso sobre ello sin éxito. Mientras, aún resuena esa frase que dijo en octubre el director general de Bellas Artes, Román Fernández-Baca: «Para que vuelva, tiene que haber un acontecimiento de especial interés» y en 2006, cuando vino, hubo dos. ¿Lo hay ahora? Pues aparte de las elecciones...
