Cuenta la historia que Bermudo III de León -también puede escribirse Vermudo III-, apodado»"el Mozo», fue el último rey de la dinastía astur-leonesa. Era hijo de Alfonso V y Elvira Menéndez, casose con Jimena Sánchez, con quien tuvo un hijo, Alfonso, y la palmó el 4 de septiembre de 1037 en la batalla de Tamarón, tal vez por culpa de su caballo. Resulta que «el Mozo», según las crónicas de la época, en las que no participé pese a mi edad, fue lanceado -¡coño como el toro de la Vega!-, asaeteado y atravesado con espadas y puñales en unas cuarenta ocasiones. Y todo porque su rocín, de nombre Palayuelo, corrió «a to meter» por delante de las huestes leonesas, hasta el punto que se presentó solo ante el enemigo, las tropas castellanas de Fernando I, que sólo tuvieron que «coserlo a lanzadas». ¡Vamos, que no por mucho correr se llega antes! o, como dijera o dijese don Steve Wonder, «si bebes no conduzcas», aunque las mismas crónicas no dejan entrever la posibilidad de que «el peleante» ingiriera bebida alcohólica alguna; tampoco lo descarta. Ya lo cantaba Miguel Ríos: ¡No montes ese caballo, «pa» pasar de la verdad, mira que su nombre es muerte y que te enganchará». Y el caballo se la jugó al bueno de Bermudo.

Hecha tal referencia histórica, «en modo paja mental», diré que hay mucha gente, más de la que os podéis imaginar, que se pone la venda o la tirita, como se quiera, antes de que se produzca la herida, aunque en caso de ponerse la venda, «siempre que sea en los ojos superiores» -¡de los inferiores hablaremos otro día!-, suele pasar aquello de que «ojos que no ven corazón que no siente». Al personal parece que «se la pela todo y va a su bola», ¡porque yo lo valgo!. Sí, me estoy refiriendo al asunto que ha dinamitado -¡al tiempo!- el grupo municipal «sosiata» en la Esquina del Pavo de Orihuela y que ha provocado la división interna del «partit», que, en el caso de la capital histórica, no económica, de la Vega Baja, tiene casi tantos años como su fundador, Pablo Iglesias, el bueno, que si levantara la cabeza volvía a morirse viendo lo que está pasando en una ciudad que, en la etapa post franquista, ha tenido dos alcaldes socialistas, Antonio Lozano y Vicente Escudero y ¡me da a mí que ya no va a tener más!. ¡Se la cargan, me repiten machaconamente!.

¡ Carolina, no sé si Gracia o graciosa, está sembrá!. Según mis fuentes -dignas de todo crédito, porque generalmente están bien informadas- se ha pasado toda la semana pidiendo, por activa y por pasiva, tanto al alcalde Bascuñana como al primer teniente de alcalde, López-Bas, que le suban la asignación a su grupo para poder pagarle a Zaplana lo que pide para aceptar y ocupar la plaza que dejó vacante el dimisionario Víctor Ruiz y no perder perras -téngase en cuenta que es funcionario en el palacete del marquesado de Arneva-, ya que si Emilio -el «sosiata», no el «pepero»- no entra, y corre la lista, la siguiente podría renunciar, con lo que el elegido sería Carlos Bernabé, padre del portavoz de Cambiemos Orihuela, Karlos, con «K», Bernabé. ¡Vaya lío!. ¡Coño, estos líos no pasaban ni con Isidro Hernández ni con el fallecido Paco García Ortuño!. Yo pensaba que, haciendo un esfuerzo y actuando de buena fe, sería la propia Carolina, que cobra un pastón en la Diputación, correría con lo exigido por su compi Emilín. ¡Pues no; lo mío es mío y lo demás también, que coño!.

Y para echar más leña al fuego, ni Antonio Zapata ni Carmen Gutiérrez asistieron al último pleno del año. Y no dieron ninguna explicación. Me imagino que no fueron porque no querrían ver el careto de su «jefa», pese a la mediación del «menejucense» Miguel López Arenas. «Ensima», Carol le ha pedido, por escrito, al alcalde que le quite el sueldo a Gutiérrez -por cierto, la conocí el viernes pasado; ¡es majilla!- para dárselo a «Saplana», secretario provincial de Igualdad, propuesta que tiene que ir a pleno. El PSOE tiene tres asignaciones de 17.500 euros cada una; es decir 52.500 al año. ¿Qué os parece?. El daño está hecho, porque Carmen Gutiérrez y Antonio Zapata tienen que pasar por la humillación a la que les somete Carolina, pero ellos deberían haberse ido del «partit», por dignidad, como José María García, antes de que les echen; digo yo!. Dimitirán pronto. Esto es como lo que canta Carlos Goñi, con Revolver: «no sé si sí, no sé si no, lo que está claro es que estoy fuera de lugar». ¡Que susto me dieron el Día de los Inocentes!. Me chivaron los candidatos de Vox a la alcaldía de Orihuela, Pedro Mancebo y Pablo Vidal (ambos ex Clr). ¡Hablé con ellos y me lo negaron; veremos!. ¡Luego dicen que mi profesión no es divertida!. ¡Seguiremos informando!