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"Supersábado" a medias

El "supersábado" 22 empezó con la gran noticia de la lluvia de millones de la Lotería sobre Alicante y terminó con el empate insuficiente del Hércules ante un buen Barcelona B, que al menos le sirve para escalar una plaza y situarse tercero. Entre el sorteo y el punto blanquiazul, el HLA Alicante conquistó su tercera Copa (esta vez en la LEB Plata) y presentó su seria candidatura al ascenso en un Pabellón Pedro Ferrándiz que vibró, animó y festejó como en sus mejores días.

Con un portentoso primer cuarto liderado por Conde (17 puntos en ese parcial), el Lucentum le marcó desde muy pronto el territorio al Zamora y apenas le dejó margen para soñar con la sorpresa a domicilio. Con mucha intensidad y gran dominio del rebote y la pintura, el equipo de Pedro Rivero gobernó la final con gran autoridad y deleitó a su entregada parroquia.

Ni siquiera la temprana lesión del base Kike Garrido descentró al HLA, muy metido desde el salto inicial y mentalizado para regalarle la Copa a su afición. La gente se lo agradeció al equipo, premió su entrega y se reeditó la comunión y la mágica atmósfera de los grandes logros del Lucentum.

El título copero no distrae al conjunto alicantino del verdadero objetivo, el ascenso a LEB Oro, pero sí refuerza el crédito del proyecto y del equipo tras la dolorosa final perdida en junio ante el Canoe.

La fiesta del sábado no fue completa porque el Hércules no pudo pasar del empate sin goles ante el filial del Barça en un partido bien jugado por ambos, con muchas ocasiones pero poco acierto rematador, el mal crónico de los blanquiazules.

De entrada, el técnico Planagumà señaló a Íñiguez con el banquillo por su error en el gol del empate en Cuenca la jornada anterior y le dio la titularidad a José Fran para tener más profundidad por la izquierda.

El Barça B de los Riqui Puig, Collado, Carles Pérez y Wague llevó la iniciativa en el primer acto, pero también dejó jugar a los alicantinos, que llegaron con frecuencia al área del meta rival, el alicantino Ikañi Peña, pero sin pegada. Perdonaron los azulgranas dos veces el 0-1 al borde del descanso y en la reanudación pudo marcar para el Hércules Pol Bueso, pero su cabezazo salió cerca del poste.

Tuvo la virtud el cuadro alicantino de recomponerse en la segunda parte, ir a más y discutir la posesión y las llegadas al Barça B. Incluso en los últimos minutos tomó el mando del partido y soñó con la victoria, pero su falta de pegada le impide traducir en puntos los momentos de inspiración y buen juego.

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