El juzgado acaba de decir que el concurso del ECF es fortuito, esto es, que las deudas no fueron causadas por los administradores con mala fe o culpa grave. Lo que no tendría relevancia si no fuera por la opinión publicada en estos últimos años creando dudas de «dónde han ido a parar los 40 millones», que repetido como un mantra, ha sido utilizado como matraca para golpear a Pepe Sepulcre. Desde la figura de Calcetines, en la película que da título a esta opinión, y la amistad entrañable que representa, consolidada por los malos momentos compartidos, me siento obligado a expresar parte de los sentimientos vividos desde febrero de 2015, mes en el que Pepe Sepulcre me pidió -más que nada por consejo de su hermana- que le defendiera. Y como va de sentimientos, el baile me lleva al «cante» y a la forma más profunda de expresarlos, el Camarón con la Isla de León y el Puente Zuazo que no cruzó Napoleón. Porque la sentencia dictada es un punto de inflexión que desacredita la opinión publicada que ha llegado a calar la afición del ECF. Esta evocación al Camarón hace que me ponga «flamenco» y acuda a algunos «palos», con la intención de dejar sin hilos al titiritero (subliminal). Venga, arranco.

Primer «palo», por alegrías del maestro de Cádiz con el estribillo: Sere, Serenito, guarda el pito, no me tomes por ladrón. Porque ha resultado que la matraca de comedura de coco, con el juez, ha servido de poco. Sepulcre ya no está en la «Liga Criminal».

Segundo «palo», con un martinete porque antes de las alegrías hubo mucha «fatiga»: «En el reloj de la Audiencia, las doce acaban de dar pendiente de mi sentencia, Dios mío qué pasará». Y es que, aunque el administrador concursal, tras un examen profundo, propuso la calificación de concurso fortuito, Fiscalía dio más credibilidad a la matraca que al administrador concursal. Y poniéndose la ropa de Simbad presentó una terrorífica demanda (aumentando, por la línea del cielo, los 40 a 60) para investigar la «Cueva de Alí Babá». Fantasmagórica aparición de la maldición: «Tengas pleitos? y los ganes». Que solo es bien comprendida por quienes, no teniendo culpa, pasan por tan desagradable experiencia; porque cualquier día, un día cualquiera, te pueden joder. Y no sabes si es mañana o todavía ayer, estás grogui y perdido en el presente. Tercer «palo», una rumba flamenca valenciana (inventada aquí). Del Ábrete Sésamo del fiscal no salió desvío de 40 millones, ni existencia de 40 ladrones, quedando aquello de ¿dónde están los 40 millones? en puro grito ' pa no decir ná y quearse muo'. Aunque se vió que el promotor de la matraca (vino de Valencia, pasando por Torrellano como un huracán) iba cantando por los caminos amigo soy, tengo un aval que solo va conmigo. Al cante se sumaron palmeros y hasta el talento del Ayuntamiento, amaneciendo, aunque era por la tarde del 27 de abril, el proyecto Elche CF 3.0, primavera ilicitana contra Sepulcre. La promesa se retrasaba y empezó a caer fuego en lugar de maná, con lo que el proyecto ese del 3.0 desapareció antes de empezar el verano, quedando en evidencia los primaveras hechizados con la bondad de un aval que no servía ni para pagar una partida de futbolín. Y es que el aval no solo era trucho, era peor?, falso. Falsedad superada con la última pechiná, vaciar la caja -en palabras del administrador-, en un momento en el que el ECF había sido descendido a Segunda y los aficionados movilizados para recaudar dinero con el que evitar otro descenso a Segunda B. Desapareció el flautista, los palmeros y hasta el Consistorio (después de haberse tenido que quitar la camiseta), porque -y no es chiste- el ECF podía haber dispuesto de 3,5m/? con recursos propios (liquidación de los derechos televisivos), como hizo muy pocos días después del descenso administrativo.

Te pinchan y no sale sangre, descender a 2ª División por no pagar 3,5m/?, teniéndolos. Si bien es verdad que había tanta prisa en resolver el descenso que la propia resolución no esperó a que transcurriera en su totalidad el plazo para imponer el castigo. Cuarto «palo», de despedida con letra del tango detrás del tuyo se va: si lo piensas te equivocas, si lo imaginas te engañas, en la puerta tengo a otra, y hazme el favor, que te vayas. O lo que es lo mismo, poniendo no te quieren.

Pepe, ahora te lo digo como si fuera el personaje de la película En pié con el puño en alto, con un alarido visceral (repetido tres veces): «Sepulcre no metas más». ¡Dios mío qué pasará!. Pero si te puede la vanidad y saludar desde el palco, ya conoces que no sólo te cuesta los dineros. En todo caso te pido, para mí, que consigas que tras el cierre del himno en cada partido, se pueda leer en los videomarcadores: Y en el costado, clavado, un aval. IN MEMORIAM.