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El equipo, contra el desasosiego

«La unión se logra con positivismo y, a veces, la negatividad llega al vestuario, se transmite y fluye». Hombre cabal y metódico, el entrenador del Hércules Lluís Planagumà pidió el domingo tras ganar al Ejea prudencia y mesura en el club y su entorno para generar el clima de unidad que, en su opinión, requiere el imperativo objetivo del ascenso al fútbol profesional.

Al día siguiente, la entidad respondió con la creación de la junta directiva del Club Centenario bajo la presidencia de un empresario acusado de cohecho por su presunta participación en los amaños del Plan General, caso en el que también está implicado el dueño Enrique Ortiz y hasta aparece el estadio Rico Pérez en los chanchullos que investiga el juez. Bienvenido al Hércules, Lluís.

Así de incoherente se ha vuelto este club en los últimos 20 años de altibajos constantes, urgencias históricas y sufrimientos al borde de la liquidación. Como refleja Ramón Pérez en la apertura de esta sección, los dos últimos meses son otra crónica del desasosiego en el que vive el Hércules desde finales del siglo XX. Tú le pides paz y alegrías y él te devuelve ruido y desafección. Como un amor imposible.

Ahora que el equipo ha vuelto a ilusionar y a enganchar a la gente, los enredos continúan en los despachos y se multiplican en semanas alternas. El expresidente Quique Hernández se marchó a comienzos de octubre y su portazo en el Pitiu Rochel dejó una estela de incomprensión y cierta sensación de orfandad. El extécnico de Anna, por cierto, descarta volver mientras Germán Antón continúe al frente de la gestión publicitaria.

A la marcha del expresidente -la tercera dimisión fue la definitiva- le siguieron el escándalo del veto a los alicantinos en el campo del Valencia Mestalla, la reyerta entre ultras del Hércules y el Castellón y el sainete malo de la junta directiva del club de los 100 años.

No hay semana tranquila en el Rico Pérez. El alivio del «balón de oxígeno» del Tribunal Europeo que suspende provisionalmente la devolución de los siete millones de euros apenas ha durado unas horas entre susto y sobresalto. Una vez más, la misma canción: el equipo al rescate de la institución. Convence a los muchachos, Lluís, y echad un cable de tres puntos este domingo el Sabadell. A la salud del centenario.

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